Por: Lic. Mariana Soria Torres
La Programación Neurolingüística establece que todos los seres humanos aprendemos en cuatro etapas. Las terapeutas de aprendizaje tenemos la obligación de conocerlas e identificarlas en nuestros pacientes para poder guiarlos con éxito en su proceso. Como terapeutas de niños, también nos enfrentamos al reto de mediar el aprendizaje de los padres de familia y en ocasiones de los docentes para el adecuado tratamiento de nuestro paciente. En todos los casos las etapas son las mismas, no importa si son niños o adultos; sin embargo, la mediación en cada caso es distinta.
A continuación describiré las cuatro fases del aprendizaje centrándome en los niños.
La primera fase del aprendizaje es la denominada incompetente inconsciente, en la cual el niño aun no es consciente de que no sabe algo, porque hasta ese momento no ha necesitado ese aprendizaje. Por ejemplo, un niño que nunca ha tenido que andar en bicicleta, a pesar de conocer las bicicletas y ver a otras personas usarlas, él aun no es consciente de que no sabe utilizarla porque nunca lo ha necesitado.
La segunda fase se llama incompetente consciente, en esta fase el niño se da cuenta de que no sabe hacer lo que el medio le está proponiendo, cuando se percata del reto y tiene que empezar a utilizar las estrategias con las que cuenta y desarrollar nuevas para superarlo. Siguiendo con el ejemplo anterior, ese niño recibió de regalo de Reyes una bicicleta y lo llevan a estrenarla, aquí el niño se da cuenta de que no sabe andar en bicicleta y tendrá que practicar y buscar estrategias para desarrollar esa habilidad. Esta etapa es la más complicada, ya que por lo regular el niño se enfrenta al fracaso y a la frustración en los primeros intentos para lograr el reto, como sabemos el error es siempre una oportunidad para aprender. La mayoría de los niños que llegan a terapia se ubican en esta fase, es muy frecuente que al realizar la valoración en las áreas en las que están fallando contesten “no se”, “eso es difícil” y aquí va a depender mucho de la manera en que el adulto (padres, maestros y terapeutas) lo medie para superar esta etapa, logrando el aprendizaje y tocando el éxito, para así pasar a la etapa siguiente. En el caso de los niños con fallas en el aprendizaje, la mediación del adulto es clave, ya que muchos se estancan en esta fase, sintiéndose incompetentes (para esa habilidad), derivando en que evadan el reto, se desfasen con respecto al resto de los niños de su grupo, afectando su autoestima y en ocasiones su adaptación en la escuela.
La tercera fase del aprendizaje es la designada competente consciente, aquí es cuando el niño ha logrado aprender y es consciente del proceso, aún necesita centrar la atención para lograrlo, en cómo pedalear, cómo mantener el equilibrio y llevar el manubrio para no caer, en qué momentos utilizar los frenos, etc. Conforme el niño continúa practicando, va perfeccionando la habilidad hasta llegar a la última fase del aprendizaje.
La última fase es la competente inconsciente, que se caracteriza por la automatización del proceso aprendido, cuando ya no necesita centrar toda su atención en la actividad que está realizando porque la ha logrado perfeccionar y así poder concentrarse en otros procesos, por ejemplo, sube a la bicicleta y puede jugar carreras, buscar nuevas formas para andar, saltar de las banquetas, ir platicando con sus amigos, etc.
Todas estas fases las enfrentan los niños al aprender a leer y escribir, matemáticas, al hacer amigos, etc. Dentro de terapia proponemos escenarios en los que los niños se enfrentan a retos y es nuestra responsabilidad contar con herramientas para guiarlos,superar todas las fases y llevarlos al logro del aprendizaje.