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PRINCIPIOS PARA EVITAR LA EXPULSIÓN
karina

Por: Lic. Julia Obregón Olea

Es necesario regresar a lo básico y no me refiero a la educación tradicional, si no que las escuelas retomen lo fundamental en la educación para el desarrollo de los niños. Brindar un ambiente en el que se sientan seguros y motivados para conocer cosas nuevas, que puedan interactuar con sus pares e identificarse con algunos de ellos.

En ocasiones se observa en algunos centros educativos profesores rendidos ante situaciones negativas de comportamiento, en las cuales el camino más fácil a seguir,  aunque no el más indicado es la EXPULSIÓN.

En mi opinión creo que hace falta que se indague más a fondo sobre causas de las conductas no deseadas.

Si el niño se divierte aprende a disfrutar el poder a prender, pero para divertirse necesita tener un equilibrio emocional adecuado.

Bandura (teórico social) ha aportado los fundamentos para afirmar que las conductas infantiles, en general, se inician, se sostienen y se incrementan a partir de las consecuencias de su entorno.

“La conducta problema no es un fenómeno aislado, inusitado o unilateral. Es el resultado de múltiples factores y de toda una dinámica grupal”. Patricia Frola, 2007.

Es decir: Las conductas indeseables no nacen, se hacen

Algunos errores comunes que los maestros pueden cometer y que incrementan las malas conductas son: Poner en evidencia al niño al hablar mal de él con otros o hacer complot con otros maestros e incluso con niños y demeritar al menor frente a él.  Otro error es engancharse con el chico o tomar la situación de forma personal, escalar la conducta, actuar con violencia ya que ello genera más violencia. Así mismo el uso de las etiquetas ya que decae el autoestima de una manera impresionante, con el riesgo de cargar con ese calificativo de por vida.

Después de la familia es en la escuela donde los niños siguen construyendo su autoconcepto y éste va a depender del tipo de relaciones a las que se enfrenten.

Cuando la situación familiar no es saludable y en la escuela los alumnos están fracasando a nivel social se quedan sin un sitio seguro y positivo en el que se puedan desarrollar.

Algunas veces los maestros quieren excluir, expulsar o de forma muy maquillada canalizar a otro sistema de mayor calidad al alumno con conductas problemáticas y en algunos casos los niños pasan por varios colegios antes de terminar el preescolar. Ello puede ocasionar:

El síndrome de la pelota parchada

Se le llama así al conjunto de signos que identifican a los niños que son víctimas de complots por parte de las escuelas que van cursando. Niños que son expulsados de diversas instituciones. Regularmente se trata de casos en los cuales estuvieron involucrados docentes inflexibles, con poca tolerancia a la diversidad, con una situación personal de desequilibrio emocional.

Principios integradores para la no expulsión y no exclusión

Permanencia: Implica que los centros educativos agoten todos sus recursos psicopedagógicos con el fin de que el niño en cuestión continúe estudiando en la escuela en donde se le inscribió. Conviene que los docentes enriquezcan sus habilidades para el manejo de la conducta bajo este principio para promover la comunicación y la negociación entre los alumnos.

Pertenencia: Todos tenemos el derecho de sentirnos parte de un grupo, aceptados por los miembros del mismo. Las situaciones que excluyen promueven la no pertenencia. Crear vínculos es una necesidad del ser humano.

Apego escolar: Es un  vínculo afectivo y social muy especial, es el refugio de algunos estudiantes principalmente cuando la familia no cumple su función de cuidar, proteger y contener a sus integrantes.

Corresponsabilidad: Este principio habla de todos los involucrados y la responsabilidad que comparten para lograr que un alumno se quede en la escuela, se sienta parte del contexto y lo sienta como un lugar seguro. Los maestros, compañeros, directivos y psicólogos. Un trabajo colaborativo.

Sugerencia:

Practicar el “Círculo mágico” es una técnica psicológica que ayuda a resolver conflictos en el aula, se basa en generar soluciones propuestas por los mismos alumnos. Es decir, se socializa el problema.

Se realiza en varias etapas:

1) Catarsis: sirve para liberar emociones negativas y estrés en relación con la conducta de algún niño (el cual no estará presente).

2) Etapa de hipótesis: los niños dan su opinión sobre lo que piensan que ocurre con el niño en cuestión y que ello ocasiona la mala conducta.

3) Desensibilización: en este punto los niños descubren que su compañero no es tan diferente a ellos.

4) Etapa de propuestas: los niños proponen soluciones para reducir los detonantes a las conductas disruptivas.

5) Cierre: Al final el docente puntualiza los acuerdos a los que llegaron.

Si bien es cierto, no todos los sistemas educativos están hechos para todas las personas, sin embargo la escuela tiene la responsabilidad de agotar todos los recursos posibles antes de tomar una decisión tan importante, la propuesta es que la expulsión sea la última carta a jugar.

Fuentes de consulta:

“Los problemas de conducta en el aula, una alternativa de solución por medio del círculo mágico”, Patricia Frola, editorial Trillas

http://parenting.blogs.nytimes.com/2014/09/04/teaching-children-empathy/?_r=0

http://opinionator.blogs.nytimes.com/2015/02/20/empathy-not-expulsion-for-preschoolers-at-risk/