Por Lic. Ana Sofía Pérez Pérez
LA POSTURA es la actitud adoptada por el cuerpo mediante apoyo durante la inactividad muscular o por medio de la acción coordinada de muchos músculos actuando para mantener la estabilidad o por asumir la base esencial que se adapta constantemente al movimiento que tiene que realizar.
Es el resultado de un proceso neurofisiológico de aprendizaje del Sistema Nervioso en el individuo que reconoce y mantiene el equilibrio y actitud del sistema neuroesquelético desde el nacimiento hasta los 7 – 10 años. Luego es inalterable hasta la muerte.
Es el modo como ésta colocado el cuerpo en las variadas condiciones en que puede encontrarse, es decir, en situaciones estáticas y dinámicas.
ESTRUCTURAS QUE INTERVIENEN:
- Músculos: existe variación de tensión, a mayor tensión se produce estímulo y éste produce contracción o estiramiento.
- Ojos: reflejo de enderezamiento.
- Oídos: conocimiento del movimiento y de la dirección.
- Estructuras Articulares: mantener la posición.
- Sentimientos: alegría y felicidad son igual a mayor extensión; tristeza, conflictos, inferioridad igual a mayor flexión.
DESORGANIZACIÓN POSTURAL:
Es el resultado de componentes condicionados que se desarrollan por la repetición de las posturas y en ocasiones involuntariamente debido a patrones de compensación.
Esta desorganización trae como resultado lo siguiente:
- Baja atención – concentración.
- Poco o escaso contacto visual.
- Dificultad para planear.
- Bajo control del impulso.
- Hiperactividad.
- Asimetría en el cuerpo.
- Torpeza.
- Respiración bucal.
5 PASOS PARA UNA BUENA POSTURA
El niño necesita estar en una silla que «le quede» a su cuerpo:
- Los pies deben descansar sobre el piso para estabilizar todo el cuerpo. Si quedan colgando, coloca un banco debajo de ellos para estabilizarlos.
- Las rodillas deben estar juntas y formar un ángulo de 90 grados con respecto al asiento.
- Los glúteos tienen que estar hasta atrás de la silla y el niño debe estar sentado derecho, recargado en el respaldo.
- Los hombros deben estar relajados y pegados al respaldo de la silla, no inclinado hacia delante o haciendo una curva con la espalda. Los codos no deben estar recargados en la silla o en la mesa.
- Las manos deben descansar gentilmente en las piernas del niño. Los niños muy pequeños pueden necesitar colocar una mano sobre la otra. Esto mantiene su espalda derecha y relajada. También pueden colocar sus manos sobre la mesa en frente de ellos, observando que no las utilice para estabilizar su cuerpo en la silla u otra parte de su cuerpo.