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EL REGRESO A CASA DESPUES DE ADQUIRIR UNA DISCAPACIDAD
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Por Ximena Suárez
Lic. En Terapia Física y Rehabilitación Escuela en Medicina Física y Rehabilitación «Adele Ann Yglesias» del Hospital ABC
Terapeuta en Neurodesarrollo. European Bobath Tutors Association 2001

El calvario por el que pasan los pacientes y sus familiares después de que los primeros sufren un accidente, no termina cuando salen del hospital. Quien tiene la suerte de sobrevivir a un accidente y sólo quedar con una secuela o discapacidad se enfrenta en ese momento al más grande reto de su vida: reconstruir y poner en orden parte de las piezas de su cuerpo que, como un rompecabezas, en ocasiones ya no está completo.

Este evento, propicia actuar y ajustar los aspectos cotidianos de la vida; es decir, las cosas más simples del día a día y, además de todo, aprender a ser feliz con la nueva forma de estar.

De acuerdo con las estadísticas en México existen más de 10 millones de personas con discapacidad, del total, un 54.46% (INEGI, 2000) corresponde a discapacidades adquiridas por eventos que ocurren después del nacimiento; tales como accidentes automovilísticos, enfermedades neurológicas relacionadas con Eventos Vasculares Cerebrales, aneurismas, enfermedades crónico-degenerativas, como Esclerosis Múltiple, entre otras.

Es decir, de acuerdo con lo anterior, de todas las personas que sufren alguna discapacidad, más de la mitad de éstos fueron individuos sanos, que hasta antes de esos desafortunados eventos realizaban su vida como cualquier otro: con un trabajo y una vida social activa.

El largo camino que tienen que recorrer comienza cuando se enfrentan a una sociedad que no está preparada ni moral ni tecnológicamente para ellos; puesto que las cosas más simples, como salir de su casa, resultan una verdadera hazaña.

Al correr de la vida, van descubriendo que tienen que  vencer  una serie de barreras que se encuentran hasta en las calles y avenidas, las cuales no fueron diseñadas para atender también las necesidades de las personas con algún tipo de discapacidad.

¿Qué les queda hacer? Ellos y sus familiares van encontrando de manera empírica una nueva forma de enfrentarse al mundo y hacer las cosas, valiéndose de toda su creatividad para ajustar el asiento de un auto, una silla, quizá un cubierto, entre otros mecanismos que les permitan ser lo más independiente posible y, sobre todo, lo más cercano a lo que eran antes.

En cuanto a las cuestiones laborales y de integración social, el panorama no es muy alentador. Aunque se han hecho varios intentos por parte del Gobierno para favorecer la contratación de personas con discapacidad a cambio de ofrecer atractivos incentivos, sobre todo a las empresas, poco se sabe aún de este programa y la realidad es que un número reducido de ellas son las que emplean a personas con capacidades diferentes.

Tanto Legisladores, como Funcionarios Públicos y grupos independientes, han hablado de impulsar reformas que tengan alguna repercusión positiva en la vida de las personas consideradas vulnerables, pero la realidad nos demuestra que aún hay mucho por hacer.

En primer lugar, habría que empezar por buscar el apoyo, la empatía y, sobre todo, el reconocimiento de la sociedad frente a este grupo de personas. En segundo lugar, sería necesario insistir en la formación de recursos humanos altamente calificados como Fisioterapeutas, Ingenieros en Rehabilitación, Protesistas – Ortesistas, Terapeutas Ocupacionales, Terapeutas de lenguaje, para brindar la información adecuada y poder guiar en el camino de una mejor manera, a estos individuos y sus familiares.

El sendero para otorgar un mejor bienestar social a las personas con discapacidad, aún es largo;  implicaría entre otros, su integración dentro de la misma sociedad, ya que como País tenemos una deuda pendiente con ellos y sólo se logrará revertir su situación en el momento en que se concientice a los ciudadanos del grado de vulnerabilidad de las personas con capacidades diferentes, que se logre respetarlos y seamos abiertos y tolerantes a lo que, en apariencia, es distinto del resto.