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NIÑOS SEGUROS: ALUMNOS EFICIENTES
karina

Por: Lic. Nabile Gutiérrez Ruíz

“Al buscar activamente una solución, el niño adquiere los medios eficaces para actuar y expresarse”

En el ámbito escolar los niños pasan la mayor parte de su tiempo, es un ambiente bastante enriquecedor y propicio para poder desarrollar habilidades sociales. El pedagogo Vidal Schmill, menciona que en la primaria, la adquisición de éstas habilidades es el objetivo principal de la primaria y en lo que se debe de hacer mayor énfasis, los contenidos académicos se adquieren posteriormente.

Hace poco tiempo realicé una observación al aula de una paciente, la actividad que realizaban consistía en que los niños que quisieran, tenían que pasar a exponer en frente de todos un cuento que anteriormente ya habían leído. Algunos  niños pasaron muy dispuestos, seguros y motivados. En cambio, la niña a la que fui a observar, decidió no pasar. Pregunté a la maestra si en otras ocasiones pasaba a exponer, me contestó que no, comentando que la menor no se atrevía a hacer actividades que implicaban un reto social y ella decidía respetar su opinión. Con este panorama, ¿Cómo esperar a que los niños disparen una conducta diferente si no se ha dado un estimulo distinto para que lo puedan hacer?, ¿Cuánto tiempo tendría que pasar para que esta conducta surja de manera espontánea del niño (en el mejor de los casos, esperando que en algún momento la hagan)?

Teniendo en cuenta la importancia de la socialización y la adquisición de habilidades sociales en la escuela, es imprescindible contar con herramientas para su estimulación. A continuación se presentan una serie de recomendaciones que te pueden ayudar:

-Mantenerse al tanto de sus progresos y capacidades recientemente adquiridas, sobre todo cuando actúa sin ayuda de nadie.

-Dejarlo asumir responsabilidades que pueda cumplir, ir graduando los retos.

-Poner atención en el proceso, no en el resultado. Validando cualquier esfuerzo que el niño haya hecho. Ej. “te felicito porque lo intentaste”, “te acercaste a platica, muy bien”, “mucho mejor”.

-Integrase a la interacción con los alumnos, modelando estrategias y actitudes que podría presentar el menor en una situación igual o similar.

-Intentar imaginar con el niño la mayor cantidad posible de soluciones a una situación, de las más serias hasta las más absurdas. Así él podrá elegir la que usará en un futuro.

-Repetir experiencias que satisfagan y tranquilicen al niño le harán sentir seguridad y le permitirán sentirse competente, lo que es básico para la autoestima y la adaptación escolar.

-Evitar sentar a los niños por categorías. Ej. “los rápidos de un lado y lentos de otro”. De esta manera sólo evidencias las diferencias entre ellos.

-Fomentar a que el menor tenga momentos para tomar decisiones de acuerdo a su edad y a las reglas, haciendo respetar su decisión. Ej. trabajar con colores, crayolas o plumones, elegir el color de la hoja.

-Proporcionar referentes a los niños de lo que sí pueden hacer, enfatizando sus habilidades.

-Dar una dimensión adecuada al problema. En muchas ocasiones los niños generalizan la frase “no puedo” y la adaptan a cualquier situación, a veces ese no puedo, puede significar un “no me gusta, esta actividad en especial” o “quiero seguir haciendo esto en lugar de cambiar de ejercicio”.  Es importante ayudarlos a encontrar específicamente de dónde proviene esa frase, para poder hacer las modificaciones pertinentes.

Es fundamental como docentes tener la iniciativa de la búsqueda de nuevas herramientas para el trabajo con los niños, pues ellos son personas que van evolucionando y cambiando a través del tiempo.

Bibliografía

“Un niño seguro de sí mismo. Cómo reforzar la autoestima de su hijo”. Paola Santagostino, 2013. Ediciones Obelisco.

“Me duele la escuela. Resuelva los problemas escolares con los afectos”. Marie-Claude Béliveau, 2010. Quarzo.

“Disciplina Inteligente”, Vidal Schmill, 2003, México DF. Producciones Educación Aplicada