Siete olmedo®

LA MEDICIÓN COGNITIVA EN EL AULA
SIETEolmedo
MaestrosMar13

Por: Lic. Valeria Corona Chaires

Todos nacemos con un bagaje de habilidades “desactivadas” con un potencial infinito a desarrollar, de acuerdo a la mediación o guía que recibamos durante nuestra infancia estas habilidades podrán desarrollarse de mayor o menor manera y así permitirnos utilizarlas de manera funcional en múltiples situaciones de nuestra vida.

La base para un correcto proceso de aprendizaje a nivel escolar, son las habilidades adquiridas a lo largo de el desarrollo infantil, y la tenacidad del docente para detectar, analizar y aplicar el tipo y nivel de mediación necesaria para sus alumnos.

Para poder implementar una mediación adecuada (que lleve a los alumnos a adquirir y aplicar conocimientos de manera exitosa), no sólo es importante dominar conocimientos pedagógicos y manejo de situaciones didácticas, es primordial conocer adecuadamente el desarrollo del niño en sus diferentes áreas, para poder detectar el nivel de cada individuo y partir de ello para establecer determinado nivel de mediación con cada uno de los alumnos, esto quiere decir que el nivel de desarrollo de cada individuo puede variar significativamente por área de desarrollo, lo que exigirá mayor o menor grado de apoyo con el propósito de lograr un equilibrio, que permitirá lograr la armonía necesaria para que se desarrollen todas las áreas de manera integral.

Como Feuerstein lo establece, la experiencia de aprendizaje mediado consiste en la transformación de un estímulo emitido por el medio a través de un mediador, generalmente profesores o padres, el cual lo selecciona, organiza, agrupa, estructura de acuerdo a un objetivo específico, introduciendo en el organismo estrategias y procesos para formar comportamientos, a partir de los estímulos viene el aprendizaje.

Partiendo del concepto anterior el autor sostiene que el mediador es el que crea las oportunidades para que el niño elija lo que quiere aprender y lo que importa es darle valores para que a partir de ellos, pueda crear valores propios y sus propios significados.

Teniendo este concepto en mente y una vez determinado el nivel de mediación que se requiere para cada individuo, es importante establecer que tipo de ayuda es la que se va a brindar a los alumnos y de que manera se logrará empatar con los contenidos académicos que se estarán revisando.

Antes de comenzar a establecer pautas que podrán ser útiles para dar una adecuada mediación cognitiva es importante mencionar algunos puntos que favorecerán el clima de aprendizaje dentro del aula. Establecer el ambiente de aprendizaje necesario para que se den los procesos de manera adecuada, implica contar con elementos necesarios para un adecuado proceso de aprendizaje como son: mobiliario y materiales adecuados para el aula, clima e iluminación y un número de alumnos razonable.  La planeación del proceso por parte del docente analizando para que le servirá determinado conocimiento a mediano y largo plazo a sus alumnos y de que manera lo podrán aplicar a diferentes situaciones que se les presenten.

Existen diferentes niveles de mediación de acuerdo a las necesidades del grupo o el individuo  que se mencionan brevemente a continuación:

Alerta: una orientación simple que no proporciona mucha información; pautas de manejo no verbal, uso de entonación.

Crítica: se refiere al recordatorio que se da sobre la solución de un problema a una situación semejante, buscando que el individuo vuelva a repasar un proceso que ya adquirió.

Apoyo y orientación: cuando se da una realización conjunta, pero el individuo termina por si solo el proceso o acción.

Demostración: ejemplificar la solución, buscando que la imite por sí solo.

Una vez ubicando que nivel de mediación requiere el grupo o algún alumno, es importante analizar que ciertos procesos de aprendizaje serán el eslabón inicial para la formación de una cadena completa de conocimientos; es decir, estarán enlazados con contenidos académicos posteriores, por lo cual es de suma importancia asegurar un proceso exitoso y con bases firmes que permita la continuación adecuada de la cadena de conocimiento en determinado campo formativo.

Existen varias preguntas útiles a plantear al momento de impartir algún contenido académico o involucrar a los alumnos en una situación didáctica:

¿Estoy dando más apoyo del que necesita? ¿De qué manera puede llegar a la respuesta generando más aprendizaje en el proceso? ¿Estoy dando respuestas y teniendo un estilo directivo que les impida cuestionarse de que manera pueden resolver algún problema?

Es importante generar frases detonadoras de reflexión que les permitan llegar a la respuesta, así como generar debates o cuestionamiento entre los alumnos que permitan nutrir el momento de aprendizaje en el que están participando.

En muchas ocasiones es posible observar que los alumnos requieren de más tiempo para concretar el proceso de aprendizaje que están teniendo, y actualmente la mayoría de los sistemas escolares exige un ritmo rápido y continuo que no siempre permite que profundicemos o lleguemos a un dominio de contenido ideal.

Más allá del dominio del contenido teórico y como Cazares L. en el libro «Planeación y Evaluación en Base a Competencias» es esencial lograr visualizar momentos de aprendizaje en los que los alumnos puedan enfrentarse a “simulaciones” en las que tengan que resolver conflictos o un adecuado manejo de situaciones logrando poner en práctica los conocimientos adquiridos en el aula. De esta manera estamos preparando a los alumnos para enfrentarse al mundo real y a encontrar un sentido entre lo que aprenden día a día en la escuela y en las actividades que realizan en su vida cotidiana. Esto nos dará como resultado, no sólo un proceso de aprendizaje diferente y con valiosas cualidades para el futuro de los alumnos, sino un estilo de aprendizaje enfocado en aprender a aprehender, es decir, hacer propio el conocimiento, complementarlo con experiencias anteriores y aplicarlo de manera práctica e inmediata en todo momento.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

Cazares L. (2007) Planeación y evaluación basadas en competencias: fundamentos y practicas para el desarrollo de competencias docentes, desde el preescolar hasta el posgrado. México. Trillas

Ramírez M. (2009) La mediación en el proceso de enseñanza – aprendizaje. Recuperado el 02 de Marzo de: http://www.csi-csif.es/andalucia/modules/mod_ense/revista/pdf/Numero_14/ELENA_RAMIREZ_2.pdf