Por: Mtra Alejandra González Servín

Aún con todas las dificultades que los alumnos enfrentan en el contexto escolar logran salir adelante, pues las situaciones que afrontan en la escuela son diferentes a las que viven en el mundo real; de pronto nadie les pide que lean un párrafo, que saquen la raíz cuadrada de un número, o no es relevante a qué velocidad va un tren que se traslada de un punto X a un punto Y, ni cual es el momento culminante de un cuento. En cambio se presentan otro tipo de problemas como: autos que reparar, aprender a utilizar los ipad o nuevos programas de computación, elegir presidente, hasta dirigir negocios o hacer presupuestos y todos esos problemas en muchas ocasiones no tienen  que ver con los que estudiaron en la escuela.

En algún momento, todas las personas llegamos a un cierto punto en donde descubrimos que somos hábiles en unas áreas y poco hábiles en otras, y que el número que les asignaron hace años  en la escuela no predice la capacidad que tendrán para resolver el tipo de problemas que se presentan en la vida.  “no existe una correspondencia entre el CI y la eficiencia del funcionamiento del cerebro o en una parte del mismo, y no existe una capacidad única que podamos llamar inteligencia” (Good y Brophy, 1995).

Las personas no son más o menos inteligentes, sino que son inteligentes de modos diferentes. Por ejemplo el tipo de inteligencia que demuestra un campeón de tenis es diferente a la de un músico al escribir la letra de una canción.

Howard Gardner (1997) identificó 8 diferentes tipos de inteligencias que funcionan juntas como un sistema, a continuación las nombro:

1.La inteligencia língüística

2.La inteligencia lógico-matemática

3.La inteligencia espacial

4.La inteligencia corporal-kinestésica

5.La inteligencia músical

6.La inteligencia intrapersonal

7.La inteligencia interpersonal

8.La inteligencia naturalística

A partir de este planteamiento sería interesante, además de enseñar a nuestros alumnos lo que la curricula marca, dar la oportunidad de que escuchen lo que necesitan según su propia naturaleza, esto en un futuro creara adultos que escuchen sus propias necesidades y se realicen a partir de estas.

Las siguientes son algunas sugerencias para aplicar la idea de las inteligencias múltiples en la clase, ya que sabemos que en cada salón existen variedad de alumnos con cada una de ellas y con frecuencia es difícil saber cómo manejar esa heterogeneidad, y sobre todo aprovechar el potencial de cada una de ellos:

1. Proporcionar a los alumnos una amplia gama de experiencias para ayudarlos a descubrir sus intereses y talentos. En la adolescencia, ayudarlos a buscar y desarrollar las inteligencias específicas que los llevarán a determinar su vocación.
2. Alentar a los alumnos a completar las tareas y proyectos de maneras diferentes de los tradicionales informes o respuestas a preguntas.
3. Planificar tareas y actividades que pongan en juego los diferentes tipos de inteligencia, por ejemplo: trabajar en grupos para identificar 10 eventos históricos importantes y organizarlos en un tiempo, realizar mapas mentales, inventar una canción para aprenderse los presidentes de la república, etc.
4. Proponer reuniones en donde se hable de las habilidades de cada miembro del grupo (irde alumno en cada reunión) buscando que él mismo explique sus áreas fuertes y también escuche en que lo consideran bueno el resto del grupo.
5. Pegar en el aula una cartulina con un cuadro de las diferentes inteligencias para que comiencen primero a conocerlas y después a identificar en cuáles de ellas son más hábiles y en cuáles no.

De las inteligencias múltiples se hablado mucho sin embargo, no sobre las consecuencias de no tomarlas en cuenta. Son muchos los estudiantes que son catalogados con dificultades en el aprendizaje, niños problemas o con déficit de atención y hasta son sometidos a tratamientos con medicamentos. Así que como profesionales de la educación debemos ser conscientes de esto y buscar incrementar el potencial de los alumnos (una de las formas es conocer las áreas fuertes de tus chicos) así tocarán el éxito, sabrán transferir los aprendizajes y podrán desafiar las dificultades del día a día (no se sentirán frustrados, ni con autoestima baja). Frases como “no puedo”,“ nunca entiendo” o “no me gusta la escuela”  irán disminuyendo.

Bibliografía: El desarrollo de las habilidades de pensamiento, aplicación y planificación para cada disciplina, Andrew P.Johnson. Ed. Troquel