Por: Lic. Ma. Elena Anaya Meneses

El profesor juega un papel importante en el aula puesto que es quien trabaja para lograr que el niño adquiera un aprendizaje significativo. Por lo tanto si los pequeños usan la imaginación se activan los patrones sensomotores en relación con la emoción y la memoria. Este proceso tiene tal importancia que hasta el propio Einstein  afirmo que “la imaginación es más importante que el conocimiento, porque mientras el conocimiento marca todo lo que está ahí, la imaginación apunta a todo lo que va a estar”

Maestr@ te invito a que leas un cuento a tus alumnos y observes cómo se concentran y se quedan quietos mientras lo escuchan. Las imágenes internas que forman su cerebro se conectan con su emoción y poco a poco adquieren la comprensión del cuento. El aprendizaje se hace patente cuando te piden que vuelvas a leerlo, una y otra vez, y si acaso te equivocas en una palabra te lo harán notar porque no coincide con las redes neuronales ya formadas.

La imaginación es tan importante que el niño contara la historia a su manera y de hecho la incorporará en su cuerpo a través del movimiento, asumiendo algun papel, lo que manifiesta su propia creatividad.

Por otro lado la autora Luz María Ibarra dice que los niños se desarrollan armónicamente con el juego, “el juego es la expresión instintiva de todas las actividades humanas y prepara al niño para enfrentar problemas futuros”.

El juego da felicidad, gracias a este, el pequeño se desarrolla física, intelectual, social y emocionalmente, así se capacita para las sucesivas etapas de su vida. Es una oportunidad para educar, que permite aprender reglas y valores como la honestidad, la disciplina, el orden, los cuales nos ayudarán a convivir armónicamente; es imprescindible que los docentes jueguen con los alumnos para inculcarles  valores y aprendizajes al mismo tiempo (teniendo mayor éxito e incremento en el interés de los niños).

Cabe indicar que el juego representa la integración total de la mente y el cuerpo por ello aprendemos mas mientras nos estamos moviendo y disfrutando de determinado momento. El juego es la actividad en donde el niño actúa por si mismo, poniendo toda su atención, se ocupa en construir y reinventar para el mismo, una gran parte del saber humano, los niños no juegan con la intención de aprender, pero aprenden mientras juegan.

Cuando los niños juegan a la mamá, al papá o al maestro, manejan su voz y además imitan perfectamente la figura que usan como modelo; por eso es imprescindible que, como adultos, evitemos actitudes que los niños puedan imitar: se educa más con el ejemplo que con la palabra.

Entre los dos y los cinco años es una etapa crucial en el desarrollo cognitivo del niño, mientras aprende a procesar información y a usar su creatividad. Cuando se comunica con otros niños este proceso se acelera.

Sin embargo, hoy en día muchos niños han perdido las ganas de jugar, tal vez porque el niño se vuelve adulto cuando todavía es un niño, o porque el adulto no sabe cómo crear las condiciones para que de verdad juegue el niño.

El juego representa la integración total de la mente y el cuerpo, pues aprendemos mejor jugando. Incluso los juguetes creativos que surgen de la imaginación engrandecen el desarrollo exponencial del cerebro.

Urge impulsar y motivar a los niños a que jueguen creativamente, alentando sus juegos espontáneos, interactuando con ellos, permitiéndoles crear sus propios juguetes e historias, proporcionándoles un espacio digno y agradable para que en libertad puedan ser ellos mismos.

Aprendamos unos de los otros, es una oportunidad bellísima para compartir la aventura de la vida,  jugar, imaginar, aprender juntos.

¿Qué juego podríamos inventar hoy?