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LA ANSIEDAD, EL PEOR ENEMIGO DEL APRENDIZAJE
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PadresNov13

Por: Alejandra González Servín 

ANSIEDAD ¿Has oído hablar de ella? ¿La conoces? ¿La has sentido? Para muchos adultos es complicado manejarla ¡Imagínense para un niño¡ Pues sí, los niños también sufren de ansiedad  y cada año según estudios recientes se reportan casos más severos.

¿Qué es la ansiedad?

El psicólogo Luis Bertoglia la define como un estado interno, propio de cada persona, que se experimenta cuando sentimos temor por la integridad de nuestro yo (autoestima). Frecuentemente se le identifica como temor al fracaso, al castigo o al ridículo. Por otro lado, es necesario recalcar que la ansiedad es una reacción emocional individual que depende, por lo tanto, de la naturaleza de cada persona; es decir, la intensidad del temor experimentado va a depender de la forma en que cada uno de nosotros percibe la situación ansiógena. Por ejemplo, A uno de nuestros hijos le puede causar una terrible ansiedad un examen que pronto tendrá en la escuela o la visita al doctor  y a otro conocer nuevas personas. Por lo que es muy importante ser muy observadores y empáticos con nuestros niños, evitando juzgarlos.

La llegada a de un hermano, cambio de escuela, la separación de los padres, etc. son experiencias aparentemente “negativas” pero que a los niños les enseñan a madurar, aunque cada niño lo toma de manera diferente.

Existen varios psicólogos, psiquiatras y pedagogos que han estudiado los efectos de la ansiedad, a continuación les presento algunos:

– Klausmeier (1977) dice que estar sujeto a una gran presión o angustia acarrea bajo rendimiento, procedimientos errados y desórdenes de la personalidad.

– Altos niveles de ansiedad reducen la eficiencia en el aprendizaje, ya que disminuyen la atención, la concentración y la retención, con el consecuente deterioro en el rendimiento escolar. Los muy ansiosos tienen dificultades para poner atención, se distraen con facilidad. Utilizan pocas de las claves que se otorgan en las tareas intelectuales. A medida en que van procesando la información, no organizan ni elaboran adecuadamente los materiales y tienden a ser poco flexibles para adaptarse a los procesos de aprendizaje (Newcomer 1993).

– Por su misma naturaleza, la ansiedad depende del concepto que el alumno tiene de las demandas que se le formulan en relación con la capacidad de comprensión y de control que encuentra en sí mismo. El niño enfrenta constantemente situaciones académicas cuyas exigencias debe comparar con sus propios medios. Cuando la evaluación de las demandas de la escuela le llevan a concluir que son más de lo que él puede rendir, afronta una situación de peligro, de humillación, a veces, suficientes para justificar el rechazo a la escuela (Jackson y Frick 1998).

¿Cómo detectar si mi hijo tiene un trastorno de ansiedad?

Alguno de los síntomas de este trastorno son, inatención, autoestima baja, sentimientos de culpabilidad y de impotencia, problemas de sueño, bajo rendimiento escolar, pérdida de interés en las actividades o comportamiento agresivo, entre otros.

¿Qué hacer para apoyar a mi hijo?

Al estar conscientes de que la ansiedad llega a bloquear la capacidad para expresar sus conocimientos. El siguiente paso es saber que puedo hacer como padre para ayudar a mi hijo a manejar su ansiedad.

Revisando varias estrategias sobre el tema comparto algunas que consideró relevantes:

– Primero hazte cargo de tu propia ansiedad, el que los padres sepan manejar su propia ansiedad, ayudará a que los hijos los perciban seguros y no reciban dobles mensajes.  La ansiedad se contagia, ayudemos a los niños transmitiendo tranquilidad.

– Reconoce sus esfuerzos, al hacer las tareas, aunque sepas que se le dificulta, utiliza frases como: ¡veo que estás tomando bien tu lápiz!

– Ayuda a tu hijo(a) a encontrar un pensamiento más optimista para usar cada vez que tenga pensamientos negativos, por ejemplo: ìCuando yo estudio, yo paso los exámenes!.

– Enséñale como relajarse a través de técnicas simples como el respirar profundo y la meditación. El relajarse es una habilidad que requiere aprendizaje y práctica, entonces, mantén las prácticas cortas y simples. Fomenta que sea una actividad familiar, donde todos tomen el tiempo para respirar profundamente: puedes enseñarle dándole el ejemplo. Usa las técnicas en cualquier situación, por ejemplo, cuando te frustres mientras manejas. Anima a tu niño(a) a practicar las técnicas en situaciones verdaderas, por ejemplo, antes de ir a un evento familiar que le produzca estrés.

– No permitas que el niño(a) evite la situación, por ejemplo: ¡Te puedes quedar en casa hoy !

– Estar cerca de ellos. El contacto físico les ayudará a vivir con normalidad una situación “amenazante”. Darles la mano o tocarles la espalda mientras viven un momento estresante les tranquiliza.

– Inspeccionar el terreno juntos. Antes de ir de campamentos o de empezar en un nuevo colegio podemos visitar el lugar con ellos para que se sientan más seguros allí.

– Ser firmes, con concesiones. Es difícil, pero hemos de negociar para que se enfrenten a sus miedos. Por ejemplo, si no les gusta la oscuridad, les proponemos poner una lámpara pequeña en su cuarto y que cada 15 min iremos a verlo, pero no irse a dormir al cuarto con ustedes. Poco a poco verán que no pasa nada y se irán acostumbrando.

– Ser sinceros con ellos. Actuar a sus espaldas suele generar más ansiedad, porque les estamos dando a entender que no son lo bastante buenos o listos como para entender lo que ocurre. Tampoco es bueno desaparecer sin decirles adiós, tenemos que despedirnos de forma clara y sin alargarnos demasiado, para evitar que se sientan abandonados.

– Cuando existan problemas de comunicación en la familia o varias figuras de autoridad se debe buscar el apoyo de los abuelos, los cuidadores o los docentes, para aunar criterios y trabajar en la misma dirección.

“La ansiedad con miedo y el miedo con ansiedad contribuyen a robarle al ser humano sus cualidades más esenciales. Una de ellas es la reflexión”.

Konrad Lorenz

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Bibliografía

LA ANSIEDAD Y SU RELACIÓN CON EL APRENDIZAJE. Luis Bertoglia Richards (Q.E.P.D.),Psicólogo ,Escuela de Psicología Pontificia Universidad Católica de Valparaíso

BARON, R. (1981) Psicología: Comprensión de la conducta. Interamericana. México.

Universidad Austral de Chile Facultad de Filosofía y Humanidades
Instituto de Filosofía y Estudios Educacionales , Chile.

Pórtate bien, de Mª Luïsa Ferrerós y página web de Clínica de la Ansiedad.