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ANSIEDAD: ¿TE MUEVE O TE PARALIZA?
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 Por : Lic. Alejandra González Servín

La prisa con la que se vive todos los días no te deja ser consciente de las cosas que haces; en ocasiones  no las disfrutas, no vives tu vida !!!. Haces las cosas mecánicamente, sin darte el  tiempo para tí mismo ni para los demás y eso estresa.

 Todos los días convivimos  con niños, padres, maestros y compañeras angustiados.

La persona ansiosa tiene muy poca tolerancia a la frustración y no presenta un pensamiento divergente tan importante en estos tiempos, por lo que muestra una gran resistencia al cambio, esto la hace sufrir mucho y nadie merece vivir así.

Las personas experimentamos ansiedad, y en cierto grado se ven beneficiadas al inyectarles cierta dosis de energía o adrenalina y esto hace que reaccionemos ante circunstancias que se presentan en nuestra vida diaria. Pero algunas personas, experimentan la ansiedad de una manera continua; están casi siempre en estado de alerta, y esto les lleva a experimentar las situaciones de manera subjetiva.

Para obtener los beneficios de vivir una buena vida, debemos buscar estrategias “personales” que nos ayuden u orienten para saber manejar nuestra ansiedad.  Por eso la importancia de hacer una reflexión individual e identificar que es lo que nos lleva a la calma.

Una de las estrategias que quiero compartirte, es la de conocer tus limitaciones, saber hasta donde puedes hacer las cosas, hasta donde depende de ti arreglar un problema, en pocas palabras ser humilde.

Evitar el perfeccionismo y la necesidad de tener la razón puede dar el espacio para interpretar las experiencias y situaciones de una manera más funcional.

Otra estrategia necesaria básica es ser tolerante a la frustración, cuando la persona no ha sido educada a tolerar la frustración y ha obtenido desde su infancia todo y cuanto ha querido, al llegar a la edad adulta tiene grandes dificultades para adaptarse al mundo que lo rodea.

Un buen ejemplo que varios han experimentado es, cuando nos dirigimos en auto hacia un lugar determinado y de repente nos encontramos con un tráfico lento o paralizado  al querer llegar a tiempo a nuestro destino lo que sentimos es una gran ansiedad por la frustración y no nos damos cuenta que esto (el tráfico) no depende de nosotros.

La ansiedad que no se trata y aumenta de intensidad puede llegar a paralizar social o laboralmente a las personas, quienes dejan de trabajar o convivir con amigos o familiares; además se vuelve un obstáculo para alcanzar una buena calidad de vida, pues vivir en un estado de estrés diariamente, genera fatiga física y un gran desgaste emocional.

Dicha situación evidentemente requeriría de un apoyo (acudiendo a diferentes actividades o con algún especialista que trate dicho problema), pedir ayuda en este caso es la mejor opción.

Les invito a observarse y observar más a los pacientes y a las personas con quien tratamos, para así detectar en que grado de ansiedad en se encuentran y si esta las paraliza o las hace actuar en su beneficio.

Bibliografía consultada.  

La ansiedad en el mundo de hoy, Dra. Marveya Villalobos Pérez-Cortés  y Dra. María Beatriz Quintanilla Madero. Ed. Minos