Durante estos meses se ha escuchado constantemente a padres de familia expresando su enojo y frustración al no saber cómo inculcar disciplina en sus hijos, lo que los ha llevado a tomar medidas que implican agresión física, verbal y psicológica sin saber las consecuencias que conlleva este actuar.
Estudios recientes muestran que el maltrato infantil tiene efectos negativos a corto y largo plazo, produciendo problemas de conducta, cognitivos y afectivos en la víctima. Robert G. Mayers, investigador de Educación Inicial de la Asociación Ciudadana por la Unidad y el Desarrollo de México (ACUDE. A.C.), especifica que las prácticas de crianza pueden favorecer o entorpecer de manera contundente el desarrollo integral y el aprendizaje del niño, así como afectar no solo la manera en la que viven su presente, sino también sus posibilidades de afrontar, ajustar y transformar su futuro. Por este motivo, se ha ido modificando el modelo de educación, disciplina y crianza en nuestra sociedad.
Sí es posible poner límites basados en el amor y el respeto. En la actualidad, se habla sobre la CRIANZA RESPETUOSA, dicha práctica hace hincapié en la importancia de mirar al niño y sus necesidades por medio de la empatía, el respeto y el amor.
Cuando hablamos de CERO GOLPES la mayoría de las personas escucha “cero normas”, “perder la autoridad”, “dejarlos hacer lo que quieran”, “formar niños irrespetuosos”, todo esto solo es un malentendido. Al referirnos a una crianza respetuosa estamos hablando de una nueva forma de establecer límites utilizando el amor, en lugar del miedo.
Es importante aclarar que, la mayoría de los comportamientos de nuestros niños que creemos son inapropiados son en realidad esperados para su desarrollo. Cuando un niño hace berrinche, pega, no se queda en paz, es incómodo para el adulto, pero la realidad, es que estos comportamientos son parte de su desarrollo porque son la única manera en que saben comunicar su necesidad, es por este motivo que no deben de ser vistos como comportamientos negativos, sino como una gran oportunidad de aprendizaje donde podemos enseñarles una nueva habilidad para que tengan nuevas forma de expresar lo que necesitan o sienten.
“Todo comportamiento es una forma de comunicación”
A finales del siglo XIX todos los entrenadores de caballos de carreras utilizaban métodos violentos para entrenarlos, hasta que un entrenador a base de gentileza, buen trato y contacto afectivo, logro que sus caballos ganaran todas las carreras en las que competían. Actualmente, este método de entrenamiento es usado de manera generalizada a nivel mundial en los entrenadores de elite. Mi pregunta es ¿Por qué somos reacios a aplicarlo en alguien tan vulnerable como es un niño?
Entonces, ¿Qué podemos hacer para modificar nuestro estilo de crianza?
Supongamos que en el supermercado tu hijo te pide que le compres un juguete y tu respuesta es: “ahora no” acto seguido se tira al suelo en un momento de desregulación ¿Qué estrategias basadas en el respeto y la empatía debemos seguir?
- Ponernos a su altura comunicando empatía: “te escucho y quiero saber cómo te sientes”.
- Hacer escucha activa para validar lo que siente. Esta estrategia consiste en ponerle nombre a la emoción que está sintiendo el menor en determinado momento: “Veo que estas molesto porque no puedes tener ese carrito. Te entiendo”.
- Modelar maneras de comunicar sus deseos adecuadamente con tu ejemplo. Se su voz diciéndole: “Estoy enojado porque no puedo tener este juguete”.
- Sé paciente, siempre mostrando la autorregulación de nuestras emociones y comportamientos generando un momento de calma para ambos.
- Se flexible, brindando otras opciones dependiendo de la situación.
Es importante entender que la violencia y la agresión como método formativo o educativo va a dar como resultado seres humanos moral y afectivamente fracasados. Por otro lado, la educación basada en el amor y el respeto va a traer como resultado, adultos equilibrados a nivel emocional y sobre todo felices.
De ahora en adelante, es importante cuestionarnos si nuestro estilo de crianza es el modelo adecuado que lleva a nuestros hijos a expresarse de manera saludable. Descifrar lo que está comunicando y enseñarle una forma funcional de hacerlo es lo que realmente significa educar, demostrándole al niño que es amado y aceptado.
Siegel, Daniel y Payne Bryson, (1995) “Disciplina sin lágrimas: Una guía imprescindible para orientar y alimentar el desarrollo mental de tu hijo”
Fundación Carlos Slim (2018). Taller Crecer Juntos. Educación inicial. Recuperado de: https://educacioninicial.mx/talleres/