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LA TEORÍA DEL APEGO, PRIMER VÍNCULO AFECTIVO
karina

Por: Lic. Alejandra Villaseñor Valencia

La necesidad del bebé de estar cerca a su madre, de ser mecido en brazos, protegido y cuidado es una necesidad natural de sobrevivencia que ha sido estudiada científicamente. La propiedad más importante del ser humano, es su capacidad de crear y mantener relaciones. Estas acompañan el proceso de aprendizaje, comunicación, desarrollo e interacción.

El psicólogo John Bowlby quien es reconocido por realizar diversos trabajos en instituciones con niños privados de la figura materna, definió este proceso como Teoría del apego. “El apego es el vínculo emocional que desarrolla el niño con sus padres (o cuidadores) y que le proporciona la seguridad emocional indispensable para un buen desarrollo de la personalidad al ser aceptado y protegido incondicionalmente”.

Esta accesibilidad y capacidad de respuesta de su principal figura de afecto; es decir, la persona con la que se establece un vínculo, determina el estado ya sea de seguridad, ansiedad o temor del niño. Por otro lado, cuando éstas experiencias en los primeros años del desarrollo son exitosas, influyen de manera significativa en la capacidad para formar relaciones íntimas y emocionalmente saludables en un futuro

“Esta necesidad se prolonga: el ser humano busca a lo

largo de su vida situaciones y experiencias parecidas,

ya que al resultarle familiares se sentirá seguro”.

                                                    Laura Rincón Gallardo.

 

Los investigadores de la conducta infantil lo describen de la siguiente manera: el apego de la relación madre-infante ofrece el andamiaje funcional para todas las relaciones subsecuentes que el niño desarrollará en su vida. Una relación sólida y saludable con la madre o cuidador, se asocia con una alta probabilidad de crear relaciones saludables con otros, mientras que un pobre apego parece estar asociado con problemas emocionales y conductuales a lo largo de la vida.

La figura del primer cuidador con la que se crea el apego, generalmente es la madre, no obstante, otras figuras significativas como el padre y los hermanos pasan a ocupar un lugar secundario y complementario, lo que permite establecer una jerarquía en las figuras de apego. Dicha interacción del bebé con estas figuras protectoras, crea determinados sistemas de conducta que determinarán el tipo de apego que se desarrollará:

Tipos de apego

  • Apego seguro: se da al experimentar un cuidador o madre sensible y responsiva a las llamadas del bebé, mostrándose disponible cuando el bebé la necesita, esta responsividad diaria les da confianza al niño identificándolo como fuente de protección. El menor será capaz de usar a sus cuidadores como una base de seguridad cuando estén angustiados, explorarán ambientes con mayor confianza al sentirse protegidos y la ausencia de los cuidadores generará alerta y su regreso alegría.
  • Apego ansioso-ambivalente: se da cuando el cuidador o la madre está física y  emocionalmente disponible sólo en ciertas ocasiones, esta inconsistencia de respuestas de parte de sus cuidadores, genera incertidumbre en el niño lo que hace al individuo más propenso a la ansiedad de separación y al temor de explorar el mundo, mezclando comportamientos de apego con expresión de enojo.
  • Apego evasivo: se relaciona con niños que han experimentado separaciones dolorosas, se caracterizan por ser inseguros hacia los demás y esperan ser desplazados basándose en las experiencias pasadas de abandono. Exhiben un aparente desinterés y desapego a la presencia de sus cuidadores durante períodos de angustia. Estos niños tienen poca confianza en que serán ayudados, poseen inseguridad hacia los demás, miedo a la intimidad y prefieren mantenerse distanciados de los otros.

La empatía, el afecto, el deseo de compartir, la capacidad de amar y ser amado y diversas características de una persona feliz, están asociadas al apego formado en la infancia y niñez temprana. ¿Qué tipo de apego te gustaría generar con tu hijo?

8 Tips para generar un apego seguro:

  1. Prepara el nacimiento de tu bebé
  2. Genera contacto físico positivo (abrazarlo, besarlo, mecerlo etc.), estas acciones causan respuestas neuroquímicas en el cerebro que organizan los sistemas cerebrales responsables del apego.
  3. Evita separaciones frecuentes o prolongadas durante los primeros 4 meses.
  4. Responde ante sus necesidades básicas en poco tiempo y procura que sea de la misma manera, esto le dará seguridad
  5. Comprende de forma sensible las necesidades emocionales del niño y comunícale que lo entiendes, ejemplo: “Te sentiste triste porque no viste a mamá, te entiendo”.
  6. Usa rebozo como herramienta de vinculación.
  7. Procura tu bienestar físico y emocional, te ayudará a estar más dispuesta para tu hijo
  8. Juega, ríe y experimenta con él, ¡disfruta el tiempo que pasan juntos!

Bibliografía de apoyo

Rincón, L. El abrazo que lleva al amor.

Delgado, O. El estado actual de la teoría del apego.