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¿ESTOY PONIENDO LÍMITES CORRECTAMENTE?
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PadresMar12

Por: Lic. Grethel Reichert Rosado

Esta es, sin duda, una de las preguntas más frecuentes que existen entre los padres que acuden al consultorio acompañados de mucha culpa…

Lo primero que manejo con ellos es el hablar sobre la culpa, ya que como todo profesional, me gustan los casos de éxito y por ello debo procurarlo tanto en mi como en ellos. Paradójicamente, la culpa limita el buen desempeño de mi trabajo y el de los  papás a quienes les he comentado en repetidas ocasiones que si se sentaran frente a mí con un diploma de “Doctorado para ser padres”, de inmediato los haría sentir culpables y los regresaría a repasar sus notas de estudio, pero como no es así, les pido hagan a un lado el hecho y empecemos a trabajar, mismo caso que te pido a ti, el lector de este artículo.

Educar “correctamente” a un hijo es una labor diaria  extremadamente compleja si no utilizamos dos herramientas básicas: la lógica y el amor (una vez más, la paradoja). Debemos mezclar continuamente ambas y el resultado será extraordinario y de esa manera te aseguro no será complejo, de hecho, será un placer como debe ser.

A continuación te comparto algunas de las Técnicas de Modificación Conductual que manejo en consultorio. Ellas son de carácter general y como tales, funcionan.  Sin embargo, como las aplicamos en seres humanos, a veces es necesario afinarlas dependiendo del estilo de familia, temperamento del niño, salud, etc.  Y te pido las compartas con quien tiene acceso directo a tu hijo como abuelos, nanas, tías, etc., esto con el fin de poder formar un ambiente CONGRUENTE para ellos e iniciar con bases sólidas.

1) Las órdenes no deben de pedirse por favor.

Error más frecuente que se comete con los niños que viven “cansados” de hacer favores a los adultos.  Es imprescindible quitar el “por favor” cuando se trata de una actividad que directamente los favorece a ellos como el comer, dormir, bañarse, vestirse, la tarea, etc. Ya que de manera directa no nos hacen a nosotros un favor, es para ellos, es parte de su vida y es el inicio del concepto de responsabilidad en todo ser humano y deriva en el autoconocimiento que implica la base sana de una buena autoestima.  Desde la parte semántica, damos “opción” de que lo hagan o no cuando no es algo negociable en sí. Podemos negociar el horario en que se llevarán a cabo pero no si se cumplen o no.  Por ello, te invito a separar muy bien un favor de una orden.  Seguramente muchos niños notarán el cambio y repelarán al respecto y aquí entra la parte del amor ya que la lógica deberemos aplicarla en saber cuándo es o no un favor.  Debemos explicarles que el resultado los favorece a ellos y no a nosotros cuidando no ser despectivos y que entienda el mensaje equivocado de que no nos importa lo que hagan o dejen de hacer.

2) NO = 2 Sí.

También los niños están cansados de lidiar con alrededor de 10 figuras de autoridad desde los padres, familiares, maestros, extra clases, terapeutas, etc. Y por ello se resisten a obedecer (problemas conductuales) o se vuelven “borregos” y los “apagamos” literalmente porque se protegen de la agresión que implica el obtener continuamente un no como respuesta a sus instintos o necesidades.

Partamos de que es rarísimo que un niño haga algo incorrecto, normalmente lo incorrecto no es su impulso o necesidad sino el contexto en el que lo lleva a cabo.  Te lo explico: Si tu hijo está brincando en el sillón de la sala, normalmente lo bajas a gritos, castigado y acompañas la acción de un NO y de una letanía que puede ir desde enterarlo del precio del sillón hasta la catástrofe de que se caiga y se rompa la cabeza.  Te platico que más rápido de lo que te imaginas, lo volverá a hacer.  Nada de lo que se le dijo le quedó claro o le importó.  Lo correcto es: “bájate (ya aprendiste a dar órdenes correctamente), ¿quieres brincar? (validas su necesidad), lo puedes hacer en el piso blanco o en el tapete verde (das opciones)”.  De ésta manera, tú ya modificaste una acción (por lógica, debe generar un cambio en el niño), le das a entender que brincar es correcto, le das las opciones que seguramente probará y ello le implicará curiosidad en brincar en ambos lados lo que lo llevará a vivir de manera más consciente dos experiencias sensoriales ya que ambos lugares sugeridos implican una resistencia distinta y, por si fuera poco, le generas senderos neurológicos y le brindas la oportunidad de conocerse mejor al ponderar dónde le gusta más brincar de acuerdo a las sensaciones corporales que le permitiste vivir.  Todo ello con sólo un cambio de actitud tuya.  Y si lo trasladamos a un futuro cercano y lejano, le estás enseñando a que para lograr un objetivo hay, por lo menos, 2 caminos y evitarás que se tropiece varias veces con la misma piedra en sus terrenos laborales, sociales, emocionales, etc.  Es una gran herramienta.

Estas son dos de las 15 estrategias que puedo compartir contigo para que inicies con el pie derecho tu modificación conductual y empieces a VIVIR una experiencia más grata con tus hijos.

Procura momentos para ti ya que la frustración del adulto se ve reflejada de inmediato en los niños.  ¡OJO porque sin querer nos balconean!  Estos momentos pueden ser para que hagas lo que te gusta o bien, para azotar una caja de vasos baratos en una pared y sacar la porquería que vamos acumulando.  Te sugiero este ejercicio ya que ver roto un vidrio en mil pedazos es altamente gratificante y hasta con gusto los recoges una vez que te liberas y te mueres de la risa de tu neurosis.  No lo digo despectivamente, al contrario, te lo comparto porque lo hago y me sirve.  Y porque para llevar a cabo las TMC (Técnicas de Modificación Conductual), mientras más en paz estemos, mejores resultados tendremos.  Así que ésta herramienta es la número 3 que aplica directamente para ti que te lo mereces.

¡Suerte en tu inicio!

Afectuosamente:  Grethel Reichert