Siete olmedo®

ESTRATEGIAS PARA DISMINUIR LA IMPULSIVIDAD DEL PENSAMIENTO
Lic. Claudia Rosas

Lic. Claudia Rosas

En la actualidad vivimos en una sociedad que nos exige vivir de prisa, obtener información y satisfacer necesidades de manera instantánea. Privándonos de la oportunidad de observar, vivir, conocer los diferentes procesos necesarios para llegar al resultado. Como adultos, quizá no sea nuestra prioridad conocer los procesos. Sin embargo, para los niños es sumamente importante enriquecerse de éstos, ya que se encuentran en pleno desarrollo, están creando y fortaleciendo habilidades cognitivas necesarias para alcanzar el desarrollo óptimo y así poder afrontar los retos que se encuentran en los diferentes contextos a lo largo de su vida.

Se ha observado a gran porcentaje de la población de infantes dar respuestas impulsivas, respuestas sin un razonamiento previo, sin haber pasado por un proceso de evaluación, incluso dan respuestas sin haber terminado de escuchar la pregunta que se les esta haciendo. Pareciera que la prioridad es responder rápidamente y no correctamente.

Como menciona Dolores Vidorreta “Hay niños que disparan la respuesta apenas presentada la pregunta, sin haberlo pensado en absoluto. De esta forma, se exponen a cometer muchos errores, son propensos al desaliento y, lo que es peor, se sienten incapaces de alterar esta tendencia”. Esto es algo sumamente serio, ya que los chicos se encuentran formando su autoconcepto. Y se estan creyendo que no son capaces, que no son buenos, que no saben, etc. Cuando la realidad es que no se están dando el tiempo de utilizar su verdadero potencial, esas habilidades que los direccionan al éxito.

Algunas de las causas mas comunes por las cuales se actua con impulsividad cognitiva son: la ansiedad ante una prueba, deseo de convencer a los adultos de su capacidad de ser el primero o de que sabe todas las respuestas, la velocidad que sin darnos cuenta les exigimos cada vez mas, el ejemplo que les damos en nuestro día a día, la competencia que se genera entre pares o hermanos, comparaciones, etc.

“Demorar la  respuesta  proporciona tiempo  al  cerebro  para  separar  las  emociones  que  despierta  un  acontecimiento  de  su contenido;  para  pensar  en  la  situación,  estudiarla,  buscar  experiencias  anteriores  y  darle sentido; para que aparezca el lenguaje interno que ordena mentalmente y guía las acciones; o para desglosar la información y recombinarla, creando así nuevos patrones de acción. En suma, detener la respuesta impulsiva aporta tiempo para sentir serenamente, para pensar, para crear, para escuchar, para “ver” al otro”.

A  medida que  crecen van  tomándose el  tiempo necesario  para valuar y pensar; paso a paso, van creando una  base de  datos  con los conocimientos  y los esquemas útiles para posteriores ocasiones.

¿Cómo manejarla?

A continuación, mencionaré algunas estrategias que ayudarán a disminuir esta impulsividad y promoverán el desarrollo y fortalecimiento de habilidades para generar respuesta de mayor calidad. Recordemos que las habilidades son herramientas que se entrenan, así que entre más fuertes y desarrolladas queremos que estén, más necesitamos ponerlas en acción.

 

Estrategias:

  • Parar la impulsividad.

Pedirle al menor que se detenga antes de ejecutar o dar la respuesta. Pedirle que se tome un momento para pensar la respuesta y que en el momento que le tenga lista la puede decir.

Con esto promovemos unas pausas asertivas para dar un momento de reflexión y organización de información antes de emitir su respuesta. Elevando la probabilidad de éxito.

 

  • Planear.

Al planear se reduce automáticamente la impulsividad cognitiva, ya que el menor tiene que pensar en el proceso que va a realizar, utilizar diferentes habilidades de manera simultanea como: análisis, síntesis, jerarquización, organización, memoria, etc.

 

  • Anticipar.

Explicar al menor lo que va a suceder y qué es lo que se espera de él. Con el fin de que él al saber con suficiente tiempo de antelación pueda planear sus acciones o respuestas, logrando ejecutar con mayor calidad y elevando la probabilidad de tocar el éxito.

 

  • Felicitar específicamente.

Es importante estar atentos a las respuestas y sobretodo a los procesos que los niños llevan a cabo para generarlas. Ya que esta estrategia consiste en felicitar o reconocer exactamente qué fue lo que el menor hizo para llegar a su objetivo. Con la finalidad de que él de se cuenta qué es lo que hace y lo pueda repetir cada que lo necesite.

Ejemplo:

“Te felicito porque vi que primero pensaste la respuesta en tu cabeza y luego me la dijiste”

“Que bien que te esperaste a que terminara de darte la instrucción para poder empezar”

 

  • Modelar

Recordemos que nosotros somos el ejemplo de nuestros niños, ellos nos observan todo el tiempo y aprenden de nosotros cada día. Así que no podíamos dejar de lado la importancia de modelar el manejo de la impulsividad. Y la mejor manera es pensar en voz alta, es decir, desglosar los procesos que llevamos a cabo antes de realizar alguna acción, mencionar los elementos que tomamos en cuenta para saber qué opción elegir, repetir en voz alta la pregunta que nos hicieron, mencionar “me voy a tomar un momento para pensar”, etc.

 

Recuerda que el disminuir la impulsividad, aumenta considerablemente la probabilidad de éxito.

 

Bibliografía

“Educar la impulsividad, prevención de las dificultades de aprendizaje”. Gemma Alsina Masmitjà, 2018. Tomado de:

https://diversidad.murciaeduca.es/publicaciones/dea2012/docs/galsina.pdf

 

“De qué hablamos cuando hablamos de impulsividad” David Noreña. Tomado de:

www.dañocerebral.es

 

“Impulsividad Cognitiva”. Dolores Vidorreta. Tomado de:

http://psicologianiosadolescentes.blogspot.com/2010/01/impulsividad.html