Por: Lic. Grethel Reichert Rosado
Es un hecho que hay mucha información sobre el tema, pero pocas alternativas concisas para detectar y dar manejo en el aula.
Hoy te comparto algunas alternativas que podrás aplicar en caso de que se presente una víctima o un victimario en tu salón
Antes que nada, es importante que revises que en el plantel donde laboras, exista departamento de psicología o psicopedagogía y un programa diseñado específicamente para abordar el tema en caso necesario lo cual te dará el soporte necesario para detectar, abordar y canalizar.
Te platico… Antes que nada, requerimos saber que para que sea bullying, es necesario que el fenómeno se repita de manera constante y no que sea aislado. Esto lo subrayo porque los programas de “niño tel” y derechos de los niños, han creado un fenómeno de nula tolerancia a la frustración donde ya nadie puede “tocar” ni tener un accidente (rozarles un brazo, pisarlos…) con un niño ni para ponerles un límite ya que de inmedianto nos amenazan con denunciarnos. Como notarás, la línea es muy fina ya que también ha ayudado a evitar abusos infantiles. El problema, como siempre, radica en tocar los extremos.
Hay 4 tipos de bullying:
Verbal: humillaciones, insultos, amenazas frontales, robo de útiles o lunch…
Físico: golpes, zancadillas, bajar pantalones….
Social: segregación, ley del hielo… (inician grupitos, pandillas, fraternidades).
Psicológico: muecas, acecho, gestos de asco… No hay palabras.
Es importante detectar el tipo ya que ello será la clave de abordaje para quien vaya a dar manejo en terapia.
Lo que puedes observar en la víctima:
Baja su rendimiento académico, ya no quiere ir a la escuela, se aísla, tiene regresiones en control de esfínteres, no adquiere nuevas amistades, no logra intimar con nadie ni conserva a quienes ya eran parte de su grupo, estrés, angustia.
Lo que observas en el victimario:
Conducta prepotente ante ti y sus compañeros, roba útiles o lunch, baja su rendimiento escolar, maltrata animales en el recreo o a las mascotas del colegio si es que hay, miente.
¿Qué hacer con ambos?:
Una vez que tienes la sospecha, lo que hay que hacer es observar más de cerca su estilo de juego y sus intervenciones sociales y promover juego simbólico que te dará un clarísimo panorama de lo que sufren o hacen sufrir y, en muchos casos también te arroja hasta el por qué se da su actitud lo cual se puede deber a varios factores como:
1.- Son abusados también en casa y repiten el patrón o se dejan ya que lo consideran “normal”.
2.- Tienen o tuvieron padres – maestros abusivos y se repite el fenómeno anterior.
3.- Tienen falta grave de atención en casa y pocos límites.
4.- Tienen factores de índole hereditario de alguna psicopatía (trastornos de personalidad o depresión).
Tu intervención directa: Tu papel es fundamental porque serás la primera en dar manejo estableciendo límites claros a los victimarios enfatizando reglas de convivencia social sanas y asertivas y manejando, de ante mano, la consecuencia que tendrá en caso de que sea recurrente el mal comportamiento del victimario hacia la víctima. También te sugiero que lo hagas público con el fin de que quienes sean espectadores pasivos o activos del bullying, estén enterados y ello les de confianza para que entre ellos mismos pongan límites a los demás y que denuncien y no permitan que ello siga. También los juegos de rol son de gran utilidad haciendo hincapié tanto en habilidades sociales (presentarse, agradecer, pedir por favor, respetar turnos) como en técnicas de defensa blanca como la negociación, el uso del azar, ignorar, tener una voz valiente.
Y lo que sigue, es reportarlo al departamento de psicología o psicopaedagogía para que se corrobore el posible “diagnóstico” y se hable con los padres para canalizarlos al especialista.
Te deseo claridad para detectar, mucha empatía para abordar y mucho amor para soportar.
¡Gracias por el gran trabajo que realizas en el aula!
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Grethel Reichert
Psicóloga y asesora de padres
Teléfono de contacto: cel. 55 16 49 61 27