Siete olmedo®

LA ESCUELA Y EL NIÑO CON TDAH
karina

Por: Lic. Maria Elena Anaya Meneses

El ámbito escolar es probablemente el lugar donde más conflictos se distinguen, porque además del bajo desempeño del menor también se enfrenta a situaciones de desafío con los compañeros.

El entorno puede volverse hostil contra el niño que padece TDAH, porque generalmente los compañeros aíslan a quien consideran poco agradable.

Ante este panorama es necesario que el profesor o profesora conozca las características  de un niño con TDAH.

  • Siempre está distraído.
  • Presenta poca atención a las instrucciones y explicaciones.
  • No completa las actividades que se le asignan.
  • No respeta turnos.
  • Actúa de manera impulsiva.
  • Decide resolver problemas sin antes escuchar lo que se le pide; por tanto nunca le resultan correctos.
  • Tiene poca tolerancia a la demora.
  • Muestra bajo control corporal.
  • A menudo pierde sus útiles o prendas de vestir.
  • No respeta reglas.

Es importante estar alerta en las actividades que agradan al alumno con TDAH, esto será de gran ayuda para determinar el proceso de su aprendizaje; recordando que lo que funciona a la mayoría de los alumnos puede no funcionarle a aquel que necesita atención especial.

A continuación enlisto algunas estrategias que serán de gran ayuda para la convivencia diaria en clase:

  • Evitar una relación  negativa: cualquier menor con este padecimiento recibe más regaños que consecuencias.
  • Establecer una dinámica de clase que funcione para todos los alumnos: la buena disposición ocasionara percibir la situación escolar de distinta manera; por tanto, la determinación de dinámicas específicas para el buen funcionamiento de la clase se facilitará. Esto es necesario para llevar a buen término el ciclo escolar.
  • Reforzamientos positivos: esto no sólo se aplica para los niños o niñas con déficit de atención, sino para todo el grupo en general. Es importante mostrar aprobación cuando una conducta es positiva, ello reforzara y hará que sea algo permanente.
  • Establecer un temario atractivo e interesante: aunque el programa de estudios ya está previamente establecido por la SEP, se sugiere presentar cada tema de una forma que resulte atractiva para los niños. Está comprobado que si los niños experimentan interés en determinado tema, lo seguirán con detenimiento y los resultados finales serán positivos.
  • Establecer un vínculo de confianza: lo fundamental es que el niño no se sienta aislado o ignorado, sino que se sienta importante como alumno que forma parte de un grupo. La confianza y la cercanía fomenta la corrección de la conducta sin que los comentarios verbales negativos se hagan presentes.
  • Elaborar gráficos, diagramas y dibujos con colores llamativos.
  • Preparar letreros que contengan los acuerdos grupales. Es importante que para el niño con TDAH coloque pequeñas tarjetas en su lugar, para que tenga presente los acuerdos que él debe cumplir.
  • Utilizar marcadores o gises de colores para destacar las palabras clave.
  • Implementar juegos para fomentar la unión grupal y evitar la exclusión y la discriminación.
  • Modificar la rutina en ocasiones existen acuerdos que dejan de ser funcionales y por tanto, es necesario cambiar.
  • Asignar un lugar determinado para que los alumnos que hayan finalizado la actividad, puedan caminar o distraerse con algún libro o juego didáctico.

Para concluir con esta información reitero que usted como docente encontrará la mejor manera para trabajar con un niño con TDAH y así mismo hacerlo sentir parte del grupo. Así que ¡Manos a la obra!