Por: Lic. Julia Olea Obregon

El fin del ciclo escolar ya está a la vuelta de la esquina y con él,  los exámenes finales, proyectos, reportes de progreso individuales que se le redacta a cada uno de los alumnos para evaluar su desempeño en todo el ciclo.

Y tu como docente…

¿Cuándo te evalúas, cómo sabes que tan adecuado fue tu desempeño?

Es muy cómodo permanecer en una zona de confort en donde nada implique ningún reto y nos hagamos creer que «ahí vamos» que todo está bien, al tener esta actitud podemos llegar a caer en vicios negativos en nuestra práctica y sin darnos cuenta hacerlos parte del día a día.

Si sientes que podrías estar pasando por esta situación, te invito a aprovechar este periodo de cierre para mirarte a ti mismo y lo que realizaste los últimos meses como profesor.

El tema de la evaluación en los procesos de enseñanza-aprendizaje, siempre ha sido cuestión de polémicas, tanto para los docentes como para los estudiantes; inclusive genera cierto temor.     Sin embargo siempre es favorable autoevaluarse. Según Knowles , (1978), El aprendizaje de los adultos está orientado a la vida, por lo tanto la unidad apropiada para organizar el aprendizaje adulto es el análisis de la experiencia.

Al hacer una autoevaluación obtendrás información, de manera más consciente sobre tu propio trabajo, la que reflejará lo logrado y lo que quieres mejorar para saber de dónde partir para el próximo ciclo.

La práctica docente es un  proceso siempre mejorable, el desarrollo, aprendizaje y crecimiento son continuos.

Imagina una búsqueda constante de renovación, tratando de llegar a ser tu mismo pero con tus mejores cualidades y  tus habilidades potencializadas. Busca ser esa persona todos los días.

Es bueno tener presente el tipo de profesionista que quieres ser, puedes tomar un modelo para basarte en el, o formar un maestro ideal a partir de las habilidades docentes que quisieras adquirir o perfeccionar, sin embargo, si eres capaz de compararte contigo mismo avanzarás más que comparándote con una tercera persona.

“Se la versión No. 1 de ti mismo(a), no la segunda versión de alguien mas.”

– Judy Garland

Hay distintos momentos en los que se pueden realizar evaluaciones, por ejemplo: pueden ser al inicio del ciclo, diariamente, a la mitad o bien al final del ciclo escolar, esto dependerá de cada persona y sus necesidades. Cabe mencionar que entre más constantes sean probablemente se obtengan mejores resultados.

Villa y Morales (1993) distinguen cuatro aspectos que pueden ser evaluados en un docente:

• Aptitudes docentes: Conocimientos, habilidades o valores específicos considerados importantes para ser un buen profesor.

• Competencia docente: Repertorio de competencias que posee el profesor.

• Actuación docente: Incluye lo que realiza en su trabajo, expresado en términos de conducta.

• Efectividad: Los resultados que un profesor logra definidos en términos de lo que hacen los alumnos.

Técnicas más comunes para realizar una autoevaluación:

• Llevar una bitácora o diario: Esta herramienta permite recoger la información más importante de lo que ocurre en el día a día (Zabalza 2002), reconoce la capacidad documental que en sí tiene el relato personal, es decir al tener evidencias propias es posible crear más consciencia en lo que ocurrió, las medidas utilizadas y poder comparar decisiones tomadas en situaciones similares así como resultados obtenidos. Esto último se puede realizar como autoevaluación final (si existiera un diario previamente)

• Grabaciones: El profesor deberá grabarse en audio o video, observar e interpretar las interacciones en la clase, verbales y no verbales, es decir que dice y cómo lo dice, el tono de voz, los gestos y expresiones corporales que utiliza.

Gaste (1991) señala algunas ventajas sobre las grabaciones: «Escuchar las cintas puede ayudarte en la identificación de modos de expresarte más eficazmente durante las exposiciones. También puede ayudar en el reconocimiento y en la corrección de hábitos que desaniman a los alumnos para participar, por ejemplo, interrumpir inadvertidamente antes de de que acaben de hablar antes de dar el tiempo suficiente para pensar»

• Observación de un compañero o supervisor: Se recomienda pedir ser observado por alguien más para recibir retroalimentación, muchas veces no estamos conscientes de algunos vicios que tenemos o puntos a mejorar que tal vez otra persona desde otra perspectiva puede notar y  puede ayudar a mejorar. Puede ser presencial o bien por medio del video. Es un método empírico que se utiliza frecuentemente en evaluaciones de desempeño docente.

• Cuestionario de autoevaluación : Es una herramienta en la que el propio sujeto informa sobre su comportamiento docente respondiendo a algunas preguntas.

A continuación se propone un ejemplo con algunas preguntas para reflexionar:

1. ¿Qué tipo de maestro quiero ser? ¿Cuál es mi modelo?

2. ¿Qué habilidades adquirí este año para llegar a serlo?

3. ¿Qué hice para lograrlo?

4. ¿Qué áreas de oportunidad tengo para llegar a mi meta?

5. ¿Qué hice o dejé de hacer para que no sucedieran? ¿Qué pude haber hecho para que si se hicieran realidad?

6. ¿Qué piensan mis compañeros o jefes de mi desempeño?

7. ¿Qué acciones me comprometo a realizar para mejorar mi práctica docente?

8. ¿Cuánto interés tengo para adquirir nuevos conocimientos? (¿Cuantas acciones en este periodo he realizado consciente para verdaderamente adquirirlos?)

9. ¿Estoy abierto a la crítica?, ¿Estoy dispuesto y abierto en todo momento y fomento el abrir conversaciones sobre mi desempeño?

10. ¿Me veo justificando mis errores, dando explicaciones?

11. ¿Qué me falta a nivel personal para mejorar mi desempeño?

12. ¿Qué puedo hacer en el próximo período vacacional para lograrlo?

13. Comenta 3 que errores que hayas cometido y que ahora hayas capitalizado en aprendizaje.

Al haber revisado la importancia de realizar una auto observación para reflexionar sobre los propios comportamientos y formas de enseñar durante el ciclo escolar, así como también, los aspectos que se deben evaluar y las formas de hacerlo, se espera que tu como docente cuentes con más herramientas para saber revisar cuáles son tus fortalezas y áreas de oportunidad comenzando a trabajar en ellas para ser un mejor maestro y una mejor persona.