Estando en terapia, un niño se encuentra en un  problema, ¿Cómo prender la luz si no alcanza?,  empieza a observar lo que hay a su alrededor, utiliza una silla grande pero le falta un poco más  para cumplir su objetivo, después  pide un lápiz y lo ocupa  para alcanzar el apagado. ¡Situación resuelta!.

¿Qué significa esto?

Contar con un pensamiento de buena calidad, implica que el menor obtenga una reflexión crítica, creativa y metacognitiva.

Pero, ¿qué es crítico, creativo y metacognitivo?

El primero se refiere al proceso y reelaboración de la información que el niño recibe, particularmente se utilizan ciertas habilidades fundamentales; como el razonamiento, la resolución de problemas y la toma de decisiones.

Por otro lado el pensamiento creativo es el generador de nuevas ideas, de soluciones nuevas y originales,  es decir inicia un paso a una configuración del conocimiento de carácter significativo. También ayuda a que el niño adquiera estrategias para generar nuevas ideas.

El último  se refiere  a la capacidad de reflexionar sobre sí mismo, es decir descubre los propios procesos de pensamiento.

Es importante mencionar que un razonamiento con las características antepuestas no es espontaneo, es mas bien resultado de un proceso guiado; esta es la clave, ya que si no estimulas al menor a generar las habilidades mencionadas será difícil que las consiga con éxito.

Así que te invito a que comiences a conquistar estos tres tipos de pensamiento  con tú hij@.