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LOS ESTILOS DE ENSEÑANZA YSU IMPACTO EN EL COMPORTAMIENTO DE LOS ALUMNOS
karina

Por: Lic. Valeria Corona Chaires

Algo en lo que coincidimos las personas que nos dedicamos al trabajo pedagógico, psicológico o terapéutico, es que el aprendizaje se genera en base a experiencias significativas y al desarrollo de habilidades cognitivas que llevan a un individuo a que toque el éxito.

En ocasiones los alumnos o individuos expresan frases como las siguientes: “Que aburrido”, “No me gusta trabajar con este material”, “Es que me canso muy rápido”.

El Centro de Profesorado de Alcalá menciona lo siguiente al respecto: “La convivencia y el aprendizaje forman parte del mismo tronco común: la formación integral incluye el desarrollo de capacidades cognitivas pero también de capacidades socio – emocionales, ya que los resultados académicos sólo se producen si están asentados sobre el desarrollo de competencias personales y sociales, como la fuerza de voluntad o la capacidad de superar las adversidades y estas se aprenden mediante la educación. Hay que tener presente que para aprender se requiere querer y poder mientras que conseguir que quieran y que puedan son los dos grandes requisitos para enseñar”.

Con base en lo anterior, considero importante que tomes en cuenta los siguientes puntos con respecto a tu clase:

  • ¿Es interesante/divertido/motivacional para ellos?
  • ¿Tiene relación con algún aprendizaje previo?
  • ¿La dinámica de la clase funciona para los diferentes estilos de aprendizaje que hay en el grupo?
  • ¿Se utiliza un estilo directivo o enriquecedor? (Un estilo enriquecedor es el que hace preguntas, lleva al análisis y la reflexión, mientras que un estilo directivo es el que da respuestas, resuelve problemas y no deja que el individuo haga y descubra por su propia cuenta.)
  • ¿La actividad es adecuada para el nivel de desarrollo cognitivo de los alumnos, de manera que puedan tocar el éxito?

A pesar de que consideres lo anterior, es importante que no pierdas de vista que no siempre el grupo estará dispuesto a seguir la clase que el profesor quiere impartir y el adoptar una actitud positiva hacia los alumnos conflictivos, enfrentando la situación como un reto profesional más que como un problema puede ayudar.

Vaello Orts (2007) plantea algunas consideraciones para que un maestro logre el trabajo armónico con sus alumnos:

1.Control.

  • Fijar  límites (normas implícitas y explícitas desde los primeros días de clase)
  • Mantener los límites mediante compromisos, reforzadores positivos, consecuencias,  dando anticipación.

2.Relaciones intra e interpersonales.

  • El autocontrol, la asertividad y la empatía son indispensables para este trabajo.
  • La claridad en los roles de los alumnos (dentro y fuera del salón de clase)
  • Una relación de comunicación  con la familia del alumno
  • La comunicación con el estudiante.

3.Rendimiento. En este sentido, es importante reflexionar cómo los siguientes puntos afectan el desempeño de un alumno en el aula:

  • La actitud
  • La motivación
  • Su atención
  • La atención a la diversidad
  • La atribución causal (procesos que seguimos las personas para determinar las causas de una acción).
  • La resiliencia (superación de adversidades)

Es decir, si  conoces bien las  áreas anteriormente mencionadas y  las manejas adecuadamente dentro del aula, difícilmente tendrás un grupo problema en el que sea “imposible trabajar”.  Quizá solo necesites implementar estrategias dentro del aula como: Uso de silencios, manejo de grupo por medio de lenguaje no verbal, reforzadores positivos, anticipación sobre las consecuencias que sus acciones pueden generar.

Te cuento una experiencia que tuve en una escuela a la que fui recientemente:

Tuve la oportunidad de observar al mismo grupo con dos maestras diferente.  Primero entraron los alumnos con una maestra, se sentaron y observaron en silencio a la misma, aproximadamente por dos minutos; ella todavía no estaba lista, por lo tanto los alumnos comenzaron a hablar y se inicio la clase de manera desorganizada y así siguió.

En el cambio de maestra, los alumnos entraron hablando y haciendo ruido, la maestra comenzó a aplaudir y simultáneamente todos los alumnos lo hicieron, dejando a un lado lo que estaban haciendo. Ella paró de aplaudir y tuvo la atención y el silencio de los alumnos, su gesto era neutro, su voz baja, les explicó los momentos que iba a tener la clase a manera de planeación y entonces comenzó a platicarles una anécdota sobre cuando ella visitó el mar y comenzó a relacionar el relato e interconectarlo de manera muy estratégica, con el contenido de su clase. La clase fluyó de manera que los alumnos se mantuvieron participando y esforzándose por terminar la tarea asignada. Finalmente, el alumno al que observaba, por mucho, tuvo un mejor rendimiento y un mayor nivel de orden mental con la segunda maestra que con la primera.

Observé varias cosas: La segunda maestra conocía perfectamente a sus alumnos, había marcado los límites de lo que se puede y no se puede hacer y hacía uso de estrategias que le permiten llevar su clase de manera armoniosa y motivacional para sus alumnos.

Después de todo lo expuesto aquí, te dejo las siguientes preguntas de reflexión: ¿Te sientes tranquilo (a) durante tu clase, sientes que tienes todo bajo control y que la dinámica fluye con organización y orden? ¿Tus recursos motivan a tu alumno hacia el aprendizaje, lo vinculan con su propia experiencia haciendo los contenidos funcionales para él? ¿Llevas a tus estudiantes hacia la reflexión y autonomía?  Si tus respuestas son negativas, quizá tendrías que cuestionarte si tu estilo de enseñanza debería ser modificado.

“El secreto de enseñar no es tanto transmitir conocimiento como contagiar ganas, especialmente a los que no las tienen”.  Juan Vallo Orts

BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA

Vaello, J. (2007) Como dar clase a los que no quieren. Madrid. Santillana

Vaello, J. (2009) El profesor emocionalmente competente: Un puente sobre aulas turbulentas. Barcelona. Editorial Graó.