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LAS EMOCIONES DENTRO DEL AULA
Lic Alejandra Gonzalez Servin

Por Lic. Alejandra González S.

 

Hagamos este ejercicio, recuerden a un maestro de su infancia al cual en aquel entonces les generaba pánico cuando te preguntaba algo, ponía castigos exagerados por no llevar terminada la tarea o veías que disfrutaba reprobar a sus alumnos. Ahora si les pidiera hacer una lista de las emociones que les generaba en ese momento, estoy segura la mayoría serían negativas.

Es muy importante tomar en cuenta la influencia de las emociones (especialmente las negativas) en el aprendizaje, ya que ejercen un control sobre el cerebro, de tal manera que pueden alterar o hasta bloquear los procesos del pensamiento.

Las emociones se manifiestan a través de señales, y como tales, contienen datos e informaciones importantes sobre lo que necesitamos. Si no leemos correctamente estas señales, los datos que obtendremos en cuanto a las necesidades de nuestros alumnos serán erróneos. Por el contrario, percibir con precisión una emoción nos permite afrontar una situación y apoyarlos desde sus necesidades reales y no solo desde las expresadas.

El desafío que tenemos como profesionales de la educación  es identificar cómo se sienten los alumnos respecto a la clase para poder guiarlos en su formación emocional y racional. Para lograrlo  debemos empezar a conocer nuestras propias emociones y educarlas, para que de esa manera se nos facilite apoyar a nuestros alumnos en el control de sus propias emociones y así tendrán mayor autoestima y confianza en sí mismos.

Como ven esto se dice fácil, pero requiere de un gran trabajo introspectivo para el docente que realmente esté convencido de trabajar este tema dentro del aula, pues se debe enseñar con el ejemplo.

La condición fundamental para aprender es sentirse bien. Las emociones predisponen a las personas a dar respuestas organizadas, por lo cual nuestro deber como docente es orientar a que nuestros alumnos aprendan a aceptar sus emociones y sentimientos, y a partir de esto, aprendan a decidir que conducta es la más apropiada a ser manejada según la situación.

Enlisto a continuación algunas estrategias que  pueden ser muy útiles para el manejo de las emociones en el aula:

  • Aprender a ser auténtico en la expresión de tus emociones.
  • Identificar mecanismos personales de regulación emocional para recurrir de manera inmediata, como escuchar música, hacer ejercicio, reunirte con amigos, etc.
  • Mantenerte abierto a las actividades intelectuales, sociales y culturales como forma de promover tu bienestar, desarrollo personal y profesional.
  • Ampliar tu capacidad de tolerancia y evita el autoritarismo, recuerda que, al igual que los docentes, los alumnos tienen derecho a manifestar emociones, tanto positivas como negativas, y que como guía requieres serenidad para ayudarles a identificar las causas que las originan.
  • Hacer un análisis honesto para identificar las verdaderas causas que generaron tus emociones negativas.
  • Ponerte como reto y una forma de crecimiento personal, el trabajo más cercano con alumnos con dificultades en el aprendizaje, los que son demasiado inquietos o a los que percibes como conflictivos.
  • A veces es necesario buscar ayuda por ejemplo: cursos, terapia, etc., nos servirá tanto profesionalmente como personalmente.

Con todo esto te invito a que te des la oportunidad de reflexionar ¿cómo llegas al salón? ¿Estás motivado y motivas a tus alumnos? ¿Estás abierto a compartir tus emociones y a escuchar a tus alumnos? Si no, replantea la forma de desarrollar tu trabajo dentro del salón, donde la diversión debe ser parte importante del aprendizaje.

 

BIBLIOGRAFÍA

  • Montoya, L. (2017) Ser maestro hoy. Producciones Educación Aplicada (PEA).
  • Goleman, D. (1997) Inteligencia emocional. Barcelona: Kairós.