Lic. Ana Sofia Pérez Pérez
Los videojuegos son aparatos electrónicos que ofrecen a los niños horas de entretenimiento por medio de estimulación visual y auditiva a través de una pantalla.
En la actualidad, los niños pasan varias horas al día utilizando estos aparatos, los cuales ofrecen un gran realismo en situaciones que presentan violencia extrema con escenarios explícitos.
Existen diferentes estudios que consideran algunas ventajas y desventajas del uso prolongado de los videojuegos. Recientemente se realizo un estudio al respecto en la Universidad de Navarra, en donde “se comprobaron ciertos efectos perjudiciales en los niños derivados simplemente de su uso.” Se comprobó que en un porcentaje reducido, se desencadenan crisis convulsivas en individuos con predisposición a las mismas, debido a los destellos y cambios de intensidad de los colores.
También debido a la estimulación proporcionada por éstos, se crean respuestas motoras automáticas con movimientos rápidos; y emociones de éxito y frustración creadas artificialmente (sin relación con la realidad). Se requiere mínimo esfuerzo del pensamiento, por lo que se elimina el pensamiento consciente y la autoconciencia.
El jugador se vuelve autómata, es decir, una máquina que transforma estímulos en movimientos limitados, convirtiéndose en una persona que se deja dirigir, lo cual se refleja en su vida diaria.
Otro hecho de suma importancia es la afectación a la atención-concentración ya que el cerebro del niño, se acostumbra a esta estimulación visual y auditiva que le brinda el videojuego, reflejándose en el contexto escolar, cuando reportan a un pequeño inatento e inquieto dentro del salón de clases. Parece obvio ya que en el salón, la maestra y la información académica no es presentada con la misma estimulación que en el videojuego. También esta “sobre-estimulación” genera estados de ansiedad en el pequeño que no se ven reflejados en la falta de disociación entre la realidad y un videojuego, así como en hablar demasiado rápido de forma incoherente y sin sentido.
Recientemente conocí a un pequeño de 8 años “adicto” a los videojuegos, presenta periodos de atención cortos (de 5 minutos), fallas en el aprendizaje, baja autorregulación, baja tolerancia a la frustración, lo que más llama la atención en él, es el grado de ansiedad observable, la cual se ve reflejada en que chupa constantemente su labio inferior y presenta una herida importante, también llagas hasta la barbilla y en los dedos se han formado callos por la fricción que ejerce el control sobre los mismos. Su diagnóstico es Déficit de Atención, creado por el ambiente en el que se desenvuelve; esto no quiere decir que todos los pequeños que presentan este diagnóstico sea creado por el uso de videojuegos, sino que hay pequeños que tienen mayor predisposición a que esto suceda por presentar factores orgánicos que los llevan a desarrollar dicho diagnostico.
Para concluir es importante tomar en cuenta las afectaciones que a nivel cognitivo tienen los videojuegos en niños pequeños, afectando directamente la atención-concentración, la autorregulación, crean estado de ansiedad extrema y sentimientos de frustración.
No significa que no los usen, simplemente que es necesaria la presencia de los padres para controlar el tiempo que pasan frente al televisor y el tipo de videojuegos que están utilizando.