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ACTIVACIÓN FÍSICA Y JUEGO
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Profra. Ligia Santillana Gil

Lo más importante para los niños en el proceso de aprendizaje  del mundo en que se desarrollan, es jugar; inclusive, hay pedagogos que afirman que la niñez es específicamente para jugar, ya que mientras los niños juegan estructuran su organismo, lo fortalecen y comunican sus necesidades intrínsecas, preparándose quizá para el rol que en le futuro desempeñarán en la sociedad.  Mientras este futuro llegue a la vida del infante, corresponde a sus padres procurarle una adecuada estimulación y activación físicas para integrarlas a sus juegos.

Es pues, el movimiento, el primer elemento con el que el ser humano cuenta para manifestarse y recibir estímulos que lo lleven a la identificación, conocimiento y percepción del mundo que lo rodea; por tanto, éste, por medio del juego y sus múltiples manifestaciones, resulta de vital importancia en la vida del ser humano y del infante en especial.

 ESTIMULACIÓN MOTRIZ

Estimular no significa forzar, quiere decir proporcionar y provocar circunstancias y condiciones que activen y hagan aflorar con eficiencia las diferentes capacidades de los infantes.

La estimulación motriz a temprana edad, así como en las diferentes etapas del desarrollo, proporciona beneficios en el fortalecimiento de diferentes órganos, aparatos y sistemas, repercutiendo además en el desarrollo del lenguaje, la visión, la madurez auditiva y psicológica.

Estimular una sola área es ir contra la naturaleza ya que esta ha conjugado al ser humano de manera integral.

Con esto podemos entender que al activarlo físicamente no se deben olvidar los recursos que aunados al ejercicio físico le proporcionan la oportunidad de adquirir confianza y seguridad.

Como son acariciar, amamantar, cargar, mecer, desnudar, abrazar, conversar, cantar, decirles rimas y sonidos (campana, tren, perro, etc.), sumergirle en el agua tibia, hasta las primeras formas de juego ya tradicionales como «las tortillitas», «riqui-ran», «tope-tope borrego», «mandar besos», «decir adiós», «aplaudir», «hacer viejitos», «el pin-pon», «las manitas», «mocita mocita la calabacita», etc., puesto que ellas han probado por experiencia histórica una gran valía.

Estas formas populares y tradicionales de estimulación, así como otras muchas arraigadas en diferentes regiones de nuestro extenso territorio nacional, están provistas de una excelente estructura; basadas en el manejo integral de múltiples elementos como son; el canto, el ritmo, la percusión, la gesticulación, el juego, la rima, la carga afectiva y el movimiento.

Esta estructura es ideal para ser imitada al realizar con el bebé cualquier estimulación motriz de tal forma que el infante al tiempo que identifica, ejercita  y proyecta sus manifestaciones motoras, también  estructura otras facultades (visión, audición, lenguaje, interacción social, etc.) avanzando en los esquemas más simples y concretos a otros más complejos y abstractos.

Para cumplir eficazmente las tareas de estimulación, es recomendable cubrir algunos requisitos; materiales habituales, seguros, vistosos, durables, no tóxicos y antropométricos para cada nivel.  Amén de estas características, debe recordarse que el juguete no hace el juego, que este último es una ACTITUD, por tanto compromete grandemente la compañía, confianza y afecto de los participantes y, claro está, su espontaneidad, pues limitar el juego por un horario en la tierna infancia, conlleva el envejecer prematuramente.

La confección de sonajas, aros, campanas, cubos, listones, móviles, pelotas, cantos, el masaje y rimas cubre el primer enfoque.

El segundo nivel puede apoyarse en cantos, cuentos, guiñoles, muñecos, cuerdas, rodillos, cuñas posturales, cajas y envases, cojines, todos los anteriores en diversos tamaños, formas, texturas, etc.

El tercer nivel solicita inflables, silbatos, hamacas, bancos, escaleras y todos aquellos objetos de la vida real de casa.

El cuarto nivel implica afinar patrones para producir destrezas, ello sugiere emplear, agua, arena, libros, papel, lápices, rompecabezas, sacos o cojines rellenos de semillas u objetos diversos, resortes, balancín, maquetas, escalas, resbaladillas, bastones, masas, etc.

Las propuestas anteriores más que representar un inventario secuente y/o clasificado, expone la conjunción de intereses, necesidades y recursos cumpliendo así con dos principios didácticos; adecuación y graduación los cuales permiten diversas posibilidades al manejarlos variando la dirección, altura, distancia, segmentación, velocidad, etc., de acuerdo al crecimiento y desarrollo de cada niño.

RECOMENDACIONES

  • Las acciones, recursos y necesidades sugeridos en cada nivel no se anulan al ir avanzando el crecimiento y/o desarrollo del lactante, niño, infante; por el contrario se van sumando en su utilización.
  • Las acciones, recursos y materiales propuestos, así, como los que padres, educadores o adultos que tienen contacto con el bebe o niño, puedan inventar o incrementar, requieren de ser utilizados con:

                     – Propuestas que promuevan respuestas motrices en el niño (no solo dejarle el material y ya).

                     – Una participación activa y dinámica por parte del adulto.

                     – Una constante vigilancia del correcto y no riesgoso uso.

  • Resulta de vital importancia que tanto padres como educadores estemos listos para identificar el momento idóneo para utilizar tal o cual material, acción o recurso en función del interés, necesidad y desarrollo del bebe o el niño utilizando siempre la lógica y el sentido común y la propuesta de los niveles; esto es no voy a estimular a un bebe de un mes con la resbaladilla.
  • Es recomendable combinar varios recursos a la vez enriqueciendo así la experiencia motriz y de otras áreas por ej.

                      – Mientras lo tengo jugando en una tina con agua, le cuento un cuento a través del cual provoco movimiento con piernas, brazos; que haga sonidos, etc.,»,

                      – Le canto golpeando objetos en el piso y entre si, al tiempo que le uso diferentes ritmos.

                      – Le cargo y acompaño la interacción de gestos y cambios de entonación al hablarle.

  • Es indispensable tener precaución al elegir materiales que no dañen la integridad física de los niños (no tóxicos, seguros).
  • Disfrutar la interacción ayudará a que el  infante viva la experiencia con mayor placer, lo cual da seguridad y confianza.