Por: Mtra. Ligia Olmedo Santillana

Resulta que la comunicación es uno de los factores clave para establecer y conservar relaciones saludables, esta comienza en la familia y por esta razón los padres son quienes más pueden fomentarlas.

Norma Alonso menciona que la comunicación profunda integra varias habilidades:  saber escuchar al otro, saber observar, adquirir conocimiento y conciencia de uno mismo, saber manejar sentimientos y tener empatía, saber identificar nuestras necesidades  y como consecuencia natural, saber y atender la necesidad del otro, defender respetuosamente nuestros derechos, abrirse a diferentes percepciones y saber dar y recibir retroalimentación.

Después del leer el párrafo anterior podemos darnos cuenta que si la comunicación se aprende desde niños el futuro se visualiza diferente, es decir, habría cada vez más adultos que pudieran hacerse respetar y resolver sus diferencias por medio del diálogo, además de expresar con claridad que quieren y poder negociar con los demás.

Es común que los padres se cuestionen  ¿Cómo puedo entablar mejores diálogos con mis hijos?,  y es frecuente escuchar frases como “le pregunto y le pregunto…y  no me dice nada, no me cuenta nada”; ante esto he observado a muchos niños platicando con sus padres y lo que noto es que en la actualidad los padres entrevistan a los niños en lugar de conversar con los niños.

Al realizar una entrevista el niño, está lleno de preguntas que contesta con mas o menos información (según el dominio del tema) a diferencia de una conversación, que entrelaza aportaciones de cada uno de los integrantes  (situación que permite al menor incrementar y complejizar las ideas que tiene sobre el tema).

A continuación planteo la diferencia entre entrevistar y conversar con tu hijo :

Los padres de familia tienen que afinar bien sus métodos de relación con los hijos, y guiar, como líderes que son, lo correcto en la forma en que ellos se manifiestan. La comunicación puede cortar y herir o puede sumar y pegar las partes inconexas, como un buen collage de experiencias (Aguilar, 2009)

Sugerencias  para mejorar habilidades para conversar en los niños:

DISMINUYE LAS PREGUNTAS

Cuando hay un exceso de cuestionamientos  es complicado expresar lo que uno quiere pues las preguntas guían y piden información específica, los niños que tienen la experiencia de ser cuestionados (al contrario de lo que los padres piensan) no siempre se sienten escuchados pues no se les da el tiempo para que su participación aparezca. Las preguntas ayudan pero no deben ser lo único para compartir con los niños en una conversación, si vas a utilizarlas busca que no sean para reconocer lo que el niño piensa o siente. Ejemplo: ¿Cómo te sentiste cuando la maestra te felicito por tu trabajo?, ¿Qué necesitamos hacer diferente para llegar a tiempo mañana?

APORTA INFORMACIÓN, HAZ COMENTARIOS

Esta estrategia es de las más útiles, pues es claro que ayuda al menor a comprender lo que significa dialogar  (intercambiar  y entrelazar ideas). La conversación es creada entre varios individuos y es totalmente dinámica, es decir puede dar un giro a partir delas participaciones de cada uno. Lo ideal es aportar información valiosa o relevante para que el niño haga lo mismo (dando el ejemplo y mandando el mensaje “en una conversación todos contribuimos”). Ejemplo: “hoy yo fui a hacer compras y la fila fue muy larga, hacia tanto calor” – esperando que él/ella  explique algo sobre su día-.

UTILIZA DISPARADORES DE DIÁLOGO

Con esto me refiero a saber que puede ser interesante; saber de qué hablar con otra persona implica reconocer sus intereses o fortalezas. Un niño fanático de los dinosaurios seguro querrá hablar del documental sobre ese tema. Conoces a tu hijo(a) ¿Qué te mas le son mas interesantes?, ¿Qué variantes de ese tema puedes introducir?.  ¡Se trata de ser creativo!. Ejemplo: “ayer vi en la tele la competencia de patinaje, las chicas que ganaron eran realmente bailarinas del hielo” (la niña interesada en el ballet puede interesarse en la conversación y al mismo tiempo ampliar su panorama).

REVISA EL NIVEL DE LA INFORMACION

Es útil saber que hay información abstracta y concreta; los niños menores dominan información que está presente o que ellos mismos experimentaron y después de los 4 a 5 años los niños pueden platicar sobre algo que no han hecho nunca o que no han visto. Ejemplo:  el niño  menor de 4 conversara de lo que paso en la fiesta o que quiere que le compren en la tienda y el mayor de lo que cree que pasará si un cohete se estrellara en la luna.

USA EL HUMOR (ABSURDOS, ANALOGÍAS O ANECDOTAS)

Reír y disfrutar la conversación con los niños es de las mejores cosas en la vida, utilizar el lenguaje para imaginar cosas extrañas o ilógicas es parte de un manejo abstracto que aprendemos en la interacción con otros. Ejemplo: “claro que en el día de campo dormiremos en los árboles” (retando el intelecto del niño pues debe buscar la lógica en esa experiencia)  “en el aeropuerto también podemos encontrar tráfico, como cuando en el super hay muchos carros queriendo estacionarse, en el aeropuerto hay aviones que necesitan aterrizar” (promoviendo la relación entre algo que conoce y algo nuevo) o “yo una vez también tuve miedo en casa de la abuela pues en el jardín encontré una araña enorme” (propiciando que entienda que el interlocutor tiene vivencias parecidas  a lo que vive él/ella).

ENSEÑA EL ROL, DA EL EJEMPLO

Si tú platicas y eres sociable, das el ejemplo; cuando los padres son introvertidos y piden a los hijos ser grandes conversadores no hay congruencia y los chicos se sienten presionados a resolver situaciones que no les son tan familiares.

EVITA PRESIONAR, LA ESPONTANEIDAD Y NATURALIDAD SON LA CLAVE

Prueba una y otra vez, de una forma o de otra, en el juego, en la comida, en el camino a la casa. Un buen conversador emerge de la práctica cotidiana, no te desesperes, dale tiempo al chico(a) para que responda (recuerda que los silencios, gestos y cambios de postura también comunican), permite que use diferentes maneras de decir lo que quiere o necesita, esto facilitara la interacción y les permitirá disfrutarla al mismo tiempo.

BIBLIOGRAFIA

Alonso Norma, Educación emocional para la familia, México 2011, Producciones Educación Aplicada

Aguilar Kubli, Las diez reglas de oro para educar a tus hijos,  México 2009, Editorial Árbol