Al observar una sesión de terapia, la consigna dada a la niña que estaba trabajando era contar un chiste; cuando investigó uno,  se lo contó a la terapeuta riéndose sin parar:

“¿Que le dijo una uva verde a una morada?: ¡Respira respira!”

La terapeuta le cuestionó, que es lo que le había gustado o dado risa del chiste (para así saber si realmente lo había comprendido), a lo que la menor respondió: “Que las uvas no hablan”

¿Qué significa esto?

Para entender un  chiste o una metáfora debemos inferir elementos que no son explícitos, es decir tener un pensamiento abstracto que nos permita asumir, pretender, deducir, ser empáticos, actuar y pensar simbólicamente; así  podemos imaginarnos y manejar conceptos alejados de la realidad.