Se ha comprobado en estudios recientes; que en las primarias públicas y privadas de México, los docentes no influyen favorablemente en la autoestima de los niños para el logro de aprendizajes significativos, debido al uso del autoritarismo para establecer normas y límites, sumado a eso, los compañeros se unen a esta conducta para el reforzamiento de conductas negativas.
Corresponde al docente considerar las características de cada uno de sus alumnos el diseñar estrategias a la medida de su grupo para generar una dinámica de crecimiento en donde haya cabida para la expresión y el correcto manejo de emociones. Aún es raro encontrar ambientes educativos donde estén instalados programas de auto conocimiento, diálogo, expresión y aceptación de emociones, como una herramienta de comunicación y funcionalidad con el entorno social, familiar y personal. Cuando existe una autoestima deficiente, se crean expectativas de fracaso, se genera poca iniciativa, y se manifiestan conductas tímidas y/o agresivas, resultado de regaños constantes, la crítica continua, y la desconfianza consigo mismo y de los demás. Si el docente desea generar aprendizajes significativos, debe promover una plataforma básica en donde se genere autoestima en las relaciones interpersonales del alumno.
Un estudio (Barreda, 2012, citado por Ramírez 2016) concluye que la disposición de los estudiantes para las clases está determinada por la organización del salón, la empatía con el docente, el interés que despierte por las temáticas abordadas, y las buenas relaciones con sus compañeros.
A continuación se describen una serie de estrategias para promover y elevar una autoestima saludable dentro del aula:
- Nunca avergonzarlos en público; Es común que como docentes alguna vez hagan comentarios que a nivel personal no se cree que puedan dañar la autoestima del alumno, o bien tengan un tono de “humor” a la vista de los docentes. Es importante utilizar un tono adecuado, seleccionar adecuadamente las palabras utilizadas, y evitar compararlos con alguien más.
- Darles tiempo para pensar, no esperar respuestas instantáneas; En base a teorías de meta cognición, debemos saber que las respuestas inmediatas, no siempre serán las mejores, debe de haber un proceso interno en donde el alumno pueda tener cierto nivel de reflexión y contestar de manera adecuada. De lo contrario obstaculizamos este proceso y generamos pensamientos de fracaso e imposibilidad.
- No interrumpirlos; Hay que generar conciencia de cómo, cuándo a nivel personal, se experimenta alguna interrupción, cuando se trata de explicar algo, o el otro da por hecho que ya sabe lo que se quiere decir, es molesto. El hecho de escucharles, permitirles expresarse en público, irá generando en ellos autoconfianza y seguridad para participar.
- Reflexionar sobre lo sucedido en privado; Cuando un niño actúe de manera incorrecta, es importante parar la conducta, seguir con la dinámica de la clase, de ser posible, y después encontrar un momento para explicar porque ese comportamiento no es aceptable en el salón de clases.
- Normalizar las emociones y permitir la expresión de éstas; El primer paso para lograr implementar esta estrategia de manera adecuada, es internalizar y reflexionar si como docente se tienen normalizadas las emociones y se expresan de manera adecuada. Una vez que no haya un juicio o tabú hacia esta expresión será más fácil fomentar este hábito en los alumnos.
- Tomar en cuenta su opinión; Hazles sentir que su opinión tiene peso e influye en las decisiones que se toman en el salón de clase; como creen que se puede trabajar de mejor manera, como obtener mejores resultados, etc.
- Trabaja en el desarrollo de habilidades sociales en el aula; Generar dinámicas en dónde se tenga que utilizar la comunicación de manera fluida y armónica, tal vez una lluvia de ideas, posteriormente un debate y así sucesivamente, donde siempre haya un mediador que los guíe con un modelo adecuado.
La educación básica de buena calidad debe «formar en los alumnos el interés y la disposición a continuar aprendiendo a lo largo de su vida, de manera autónoma y auto dirigida, a transformar toda experiencia de vida en una ocasión para el aprendizaje» (Secretaría de Educación Pública [SEP], 2001-2006, pp. 107 y 123, citado por Legorreta 2002)
BIBLIOGRAFÍA
Legorreta, R. (2002) Actitudes del maestro en el aula y su relación con la autoestima en el aprendizaje de los alumnos. Tesis de Maestría. Instituto Tecnológico de estudios Superiores de Monterrey.
Ramírez, G (2016) La autoestima en el proceso educativo, un reto para el docente. Universidad Pedagógica y tecnológica de Colombia. Recuperado el 01 de abril de: